Capítulo 38

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Mientas Isabel y Orion hacían fila, Erwin Frye se acercó a su sobrino, sorprendido de verlo con una mujer.

—Mis cansados ojos no pueden creer lo que están viendo.

Orion se sobresaltó y volteó. Al ver a su tío, rodó los ojos y comprendió porqué dijo aquello. Isabel miró con curiosidad a Erwin.

—Tío... ¿acaso ya estas tomando? — le preguntó para desviar la conversación.

Erwin se rió y le dio unas palmadas a Orion.

—Claro que no, sobrino querido.

—Eso espero —suspiró y miró a la fiscal—. Isabel, él es Erwin Frye, mi tío y hermano de mi papá. Tío, ella es la fiscal Isabel Garza.

Isabel extendió su mano con una sonrisa. Erwin se la estrechó y le guiñó un ojo.

—Por fin te conozco. Orion habla de ti todo el tiempo.

«Yo lo mato.» pensó el detective mirando con el ceño fruncido a su tío. Quería que cerrara la boca y dejara de decir tonterías.

Isabel soltó una risita y miró a Orion.

—¿A sí? ¿Y qué le has dicho de mi? — preguntó con la ceja alzada.

—Está bromeando, Isabel... —miró a su tío con advertencia—. ¿Cierto?

Erwin alzó las manos y se encogió de hombros. Sonrió con diversión al ver a su sobrino nervioso.

—Sí, claro. Estaba bromeando, querida, no te preocupes —se inclinó levemente—. Te estaba buscando, pero veo que ya tienes buena compañía. Me retiro. Subiré al palco —volvió a estrechar la mano de Isabel—. Fue un placer conocerla, señorita Garza.

—Igualmente, señor Frye. — contestó la fiscal amablemente.

Orion miró a su tío caminar hacia las escaleras para subir a los palcos. Por lo que le comentó Charlotte, Catherine no consiguió lugar junto a ellos en la Orquesta para el tío Erwin. Harlan logró comprar de último momento un lugar en el palco derecho del teatro, justo arriba de ellos.

—Tu tío es simpático. — comentó Isabel mientras avanzaban.

—No lo has visto borracho. Es una pesadilla tener que aguantarlo.

Isabel de rió. Orion se pregunta cómo le hará su tío para agradarle a las mujeres con solo tontear con ellas. Quisiera tener algunos de sus dotes.

El teatro estaba iluminado lo suficiente para que los espectadores pudieran caminar entre las butacas para buscar sus asientos. Orion e Isabel bajaron por las escalinatas hacia la fila H en la sección de la Orquesta. Los Frye ya estaban acomodados en la fila que compró Catherine.

—Si quieres siéntate en mi lugar para que estés con tu familia.

—Yo... está bien. Gracias.

Orion se sentó a lado de Charlotte, quien lo miró pícaramente al verlo con Isabel. Se acercó a él y le susurró al oído:

—¿Quién es ella?

El detective suspiró y se volteó para presentarle a Charlotte. Las dos se saludaron cordialmente.

Aprovechando que su hermana e Isabel estaban platicando, Orion sacó su celular y le mandó un mensaje a Hestia para decirle que ya estaba adentro del teatro. Su compañera le contestó que se encontraba de camino hacia el teatro y que esperaría su aviso para entrar. Sacó el programa del teatro para ver los horarios en los que se llevarían a cabo los actos para calcular cuándo levantarse de su asiento.

Las luces se apagaron y una voz de mujer anunció por las altavoces la tercera llamada. Dio indicaciones de las salidas de emergencia, el prohibido uso de celulares en el transcurso de la obra, entre otras cosas. Orion suspiró y miró hacia el telón cerrado, el cual era iluminado por las luces.

El telón se abrió y el bonito y bien diseñado escenario del Castillo de Elsinor hizo que todos los presentes aplaudieran. La obra había comenzado.

Decir que todo estaba saliendo perfecto, se quedaba corto. Las actuaciones magistrales del elenco, los vestuarios, escenarios y la orquesta que ambientaba cada escena como si fuera una película era simplemente exquisito de presenciar. Todo el público estaba encantado por la producción, los efectos especiales, la música y la historia. A pesar de que las obras más famosas de Broadway como El Fantasma de la Ópera acaparaban toda la atención del público, Orion cree que Hamlet será una nueva experiencia que atraerá a más público de todo el país y del mundo. Eso le aplaude a Federico Nóbile.

Estaba tan inmerso en la obra que incluso se le olvidó que tenía una misión por delante. De a ratos, observaba a Isabel, quien estaba embelesada con el espectáculo. Orion se sintió mal la primera vez que Harlan van Dann salió a escena; verlo actuar de manera perfecta, sin el peso de que podría enfrentar un juicio si las cosas no salían bien, le recordó el grave error que cometió al arrestarlo. Comprende que su hermana este enojada con él, y no la culpa. Él mismo se siente culpable y piensa enmendar su error.

En el primer intermedio, Isabel y Orion se rezagaron para comentar sobre la obra. La fiscal estaba muy emocionada, pues le comentó que ya tenía más de dos años que no iba a una obra de Broadway.

—Olvidé lo mágico del teatro —comentó con mucho sentimiento—. Estoy muy feliz. 

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora