1. Suelta mi muñeca o te hechizaré

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El orgullo y los egos matan más sueños de los que la duda alguna vez hará. 

 –Charlie Farley.

Cuando recibí mi carta de Hogwarts, diciéndome que había sido seleccionada como una de las prefectas de Slytherin, estaba muy feliz. Ser prefecta era un gran honor, especialmente en la casa de Slytherin, se seleccionaron a estudiantes de las mejores familias y yo me convertí en la prefecta, antes que Pansy maldita Parkinson, lo cual fue todo un logro.

Pansy había tratado de superarme desde que nacimos. La cuestión era que carecía de algunas habilidades intelectuales, lo que la hacía parecer desesperada, predecible y sin tacto. Lo único que ella tenía que yo no tenía era una relación un tanto amistosa con Malfoy.

–¡Mamá, mira esto!– grité, corriendo escaleras abajo. 

–¡Eleanor, no se corre en la casa!– dijo e inmediatamente bajé el paso –Además, pórtate bien, tenemos visitas– llegué a la planta baja y fui recibida por un par de ojos plateados.

–Narcissa, qué gusto tenerte aquí– le dije, desviando la mirada de su hijo y poniendo una cara seria. Rápidamente abracé a la madre de Malfoy, aunque despreciaba a Malfoy, me llevaba bien con su madre. Ella era una dama muy encantadora y siempre me compraba los vestidos más hermosos.

–Draco, que placer– dije, sin intentar que sonara genuino. En casa me veía obligada a llamarlo por su nombre, pero en Hogwarts, solo era Malfoy. 

–Lo mismo digo– dijo, arrugando la nariz.

Había muchas razones por las que odiaba a Malfoy. En primer lugar, hemos estado compitiendo desde que nacimos. Todo lo que hacía, era comparado con él y al revés. Había una presión constante para hacerlo mejor, y fallar era exasperante.

En segundo lugar, Malfoy era simplemente una persona desagradable, solía ​​empujarme al jardín, insultarme cuando estaba con sus amigos y burlarse de todo lo que yo hacía, solo para deprimirme. Solía ​​ponerme muy triste por eso, pero a medida que pasaban los años, todo lo que sentía era ira y odio. Odiaba a ese chico.

–Tenemos muy buenas noticias, Draco será prefecto de Slytherin este año– dijo mi madre. Aunque esperaba eso, escucharlo no mejoró mi estado de ánimo. Tendría que completar las tareas de prefecto con Malfoy, qué lindo.

Malfoy lucía orgulloso, como si acabara de recibir una medalla de valentía. Infló levemente el pecho y arqueó las cejas cuando lo miré, lo despreciaba.

–Bueno, felicitaciones, parece que seremos colegas entonces– le dije entregándole la carta a mi madre. 

–Oh, eso es una gran noticia, cariño. La escuela tomó una sabia decisión– la mirada de suficiencia de Malfoy desapareció de su rostro, lo que me dio alegría. Había esperado superarme de nuevo, pero una vez más había fallado.

–Nos dirigimos hacia el Callejón Diagon ahora. Supongo que nos volveremos a encontrar en la estación de tren mañana– dijo Narcissa. 

–Definitivamente, que tengan un buen día– dije, todavía mirando a Malfoy. Cuando él y su madre se fueron de nuevo a través de la chimenea, mi madre suspiró.

–Qué noticia tan maravillosa, un gran grupo de prefectos para Slytherin este año. ¿Qué tal una cena de celebración esta noche? Tu papá estará en casa en una hora más o menos– yo solo asentí con la cabeza. 

–Realmente deseaba que te llevaras mejor con Draco, tal vez ser prefectos juntos cambie las cosas.

–Lo dudo mucho, madre– puse los ojos en blanco, asegurándome de que mi madre no me viera. 

𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora