Las mejores almas son aquellas que tragaron el dolor y evitaron que otros lo saborearan.
-Nizariat
Vi como Draco dormía profundamente. Por primera vez en meses, parecía completamente tranquilo, como si todas las preocupaciones se hubieran desvanecido, solo por un rato. Aparté un poco de cabello de su rostro y no pude evitar dejar que mi mano descansara sobre su piel por un rato. No podía recordar la última vez que le había tocado la mejilla.
Tomé una manta que estaba sobre una de las sillas rotas en la esquina y le quité el polvo. La dejé con cuidado sobre su figura alta y me senté con la espalda apoyada en el sofá en el que lo había puesto. Había sido un gran ejercicio llevarlo al sofá sin despertarlo, pero no era sorprendente que fuera muy ligero, aunque estaba bastante alto.
Abrí uno de los libros que había traído. Había un capítulo entero sobre armarios de fuga. Comí unas galletas que había traído de la cocina, pero me prometí guardar el resto para cuando Draco estuviera despierto.
El libro no me enseñó mucho que no supiera ya, así que lo dejé a un lado después de media hora. Necesitaba saber lo que Draco sabía primero. Suspiré y agarré mi libro de Aritmancia que había traído de mi dormitorio. Tenía el curso a primera hora de mañana y aún no había hecho mi lectura.
Aproximadamente a la mitad de la última página, escuché a Draco moverse detrás de mí.
–¿Me quedé dormido? Lo siento– dijo Draco aturdido mientras se sentaba en el sofá, confundido por la manta que lo cubría.
–No te preocupes, siento que te vendría bien descansar un poco– sonreí.
–¿Que has estado haciendo?– frunció el ceño, mirando los objetos esparcidos a mi alrededor.
–Bueno, bajé a las cocinas para conseguir algo de comida y luego le pedí a Kreacher que me dijera cómo entrar en la Sala de Menesteres, así que traje la comida aquí. Luego fui a la biblioteca a buscar algunos libros y fui a decirle a Daphne que estaba bien. Regresé aquí y he estado leyendo un poco desde entonces.
–Merlín, ¿Cuánto tiempo estuve fuera?– se rio entre dientes.
–Un par de horas, es alrededor de la medianoche, creo.
–Entonces deberías ir a la cama– dijo y se puso de pie.
–No, Draco Malfoy– protesté –Voy a meterte toda esta comida en la boca primero y otra vez, no aceptaré un no por respuesta.
Draco se rió suavemente, antes de sentarse a mi lado, examinando lo que había traído.
–No sabía cuándo te despertarías, así que todo es comida fría– me encogí de hombros –¡Pero tengo pastel!– Saqué el pastel de chocolate que habían preparado los elfos y todo tipo de pasteles y galletas. Le entregué un tenedor y tomé uno para mí también, ya que me moría de hambre después de haberme perdido la cena.
–No te irás hasta que la mitad de ese pastel esté dentro de ti, Draco Malfoy– entrecerré los ojos mientras él fruncía el ceño ante la comida con el tenedor en la mano.
–No has cambiado nada, ¿Verdad?– sonrió, metiendo su tenedor en el pastel y sacando un pequeño trozo.
–Eso es un hecho– me encogí de hombros. En realidad, no lo era, había cambiado mucho a lo largo de los meses, pero había regresado hace un par de horas, justo cuando él lo hizo. Comimos en silencio durante un rato, pero me alegró verlo comer de nuevo. Me asustó lo flaco que se había vuelto.
–Entonces, ¿Qué pasa con el armario?– Pregunté después de un rato, mirando el mueble negro que estaba condenado en la esquina.
–Ya lo sabes, ¿No? ¿No observaste mis acciones hace unos meses?
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𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓
ФанфикEleanor Selwyn y Draco Malfoy tenían tres cosas en común: Un alto estatus de sangre pura, talentos académicos y la misma casa, Slytherin. Aparte de eso, eran completamente opuestos y se odiaban. Eso fue bastante desafortunado, ya que los Selwyns y...