65. Me gusta cuando me llamas amor

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No juzgues a las personas por las decisiones que toman cuando no conoces las opciones que tenían para elegir. 

-Reone Rajput.

–Oye, ¿Sigues despierto?– pregunté mientras ponía mis manos sobre los hombros de Draco. Estaba sentado en uno de los sofás de la sala común, frente al fuego, leyendo un libro.

–Lo estoy, pensé que saldrías con Daphne y Tracey esta noche.

–Lo hice, pero se acostaron y no puedo dormir, así que pensé en ver si todavía estabas despierto– Draco miró su reloj y se dio cuenta de que ya era casi medianoche. Miró a su alrededor para ver que él era el único que quedaba en la sala común.

Dejé la caja que llevaba encima de la mesa y me subí al sofá para sentarme junto a él, apoyando la cabeza en su hombro.

–¿Qué estás leyendo?– pregunté con curiosidad.

–Solo algo para el ensayo de Defensa Contra las Artes Oscuras que es para la próxima semana. No es muy interesante– se encogió de hombros, cerrando el libro y poniéndolo sobre la mesa.

–¿Qué trajiste?– preguntó cuando vio la caja que había colocado allí.

–Eso no puede ser revelado hasta...– miré mi reloj –en unos nueve minutos– Sonreí. Era el cuatro de junio, solo unos minutos antes de la medianoche.

–¿Me trajiste un regalo otra vez?– se rió entre dientes, poniendo un brazo alrededor de mi cintura –Te prometo que te conseguiré uno este año.

–Tenía que asegurarme de que Pansy no me ganara esta vez– dije, pensando en este día del año pasado.

Draco se acostó en el sofá, arrastrándome con él. Apoyé la cabeza en su pecho y tracé suavemente los patrones en su camisa.

–Eres todo lo que necesito, Ellie– tarareó, su mano subiendo y bajando distraídamente por mi brazo. Sonreí ante esas palabras. Draco estaba mucho mejor que en los primeros meses del año. Se había recuperado por completo de la maldición de Harry y ahora todo lo que quedaba... era la tarea que tenía que cumplir.

No había asesinado a Harry Potter como me prometí a mí misma que lo haría, pero no lo había dejado pasar desapercibido. El día después del incidente, le di un puñetazo en la cara. Resultó en una nariz sangrando, pero él no me había delatado. Parecía sentirse un poco culpable por lo que había sucedido, como debería. Después de eso, lo maldije cada vez que nos cruzamos en los pasillos, hasta el punto en que encontraba el corredor más cercano para escapar cada vez que me veía. Finalmente entendí el odio de Tracey por el chico.

–Siento que también debería tener un lindo apodo para ti– murmuré eventualmente. Draco siempre me llamó Ellie y me encantaba. Sabía que algo estaba mal cuando él no lo hacía. Pero Draco era solo… Draco.

–Realmente no deberías– se rió Draco –La mayoría de la gente me llama Malfoy de todos modos, así que ya eres especial. No necesito un apodo.

–Creo que sí– sonreí, el sueño comenzaba a volverme un poco loca –¿Qué tal Dragonboy o Drackey como solía decir Pansy, o...– realmente me estaba divirtiendo con esto, inventando los apodos más terribles que se me ocurrían.

–O príncipe, o… niño hurón– me reí –Sí, creo que me quedaré con niño hurón.

–Sinceramente– se rió Draco, envolviendo su otro brazo alrededor de mí también –Eres terrible con los apodos– Enterró su rostro en mi cabello, depositando un suave beso en mi cuello.

–Simplemente no tienes un nombre divertido para convertirlo en un apodo– dije, pasando suavemente mis dedos por su cabello.

Estuvimos tranquilos durante mucho tiempo, pero yo estaba perfectamente bien donde estaba.

𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora