64. Los dos no estábamos destinados a la felicidad, no estaba en nuestra sangre

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Sobreviví porque el fuego dentro de mí ardía más que el fuego que me rodeaba. 

-Joshua Graham.

Me desperté inmediatamente cuando sentí que su mano se movía. Levanté la vista, pero no parecía estar despierto, simplemente se movía en sueños. Froté suavemente mi pulgar sobre el dorso de su mano.

Después de mi ducha, había ido a la enfermería de inmediato. Madame Pomfrey no quería que lo viera todavía, pero podría dar mucho miedo si quisiera. Eventualmente, ella me dejó entrar y desde entonces me había sentado al lado de su cama. 

Madame Pomfrey me dijo que estaría bien. El hechizo sanador que Snape había usado había curado todas las heridas. Solo le quedaron algunas cicatrices menores que desaparecerían con el tiempo. Su cuerpo aún necesitaba recuperarse del momento tan estresante, razón por la cual Madame Pomfrey le había dado un somnífero. No se iba a despertar pronto, así que simplemente apoyé la cabeza en el costado de la cama, tratando de dormir un poco. 

La próxima vez que me desperté, el sol estaba comenzando a salir, los primeros rayos del sol me sacaron de mi sueño. Bostecé y estiré mis brazos, sin soltar la mano de Draco. Madame Pomfrey se acercó y rápidamente inspeccionó su pecho.

–Debería despertarse pronto. Lo mantendré aquí por un día más, pero debería estar bien– dijo antes de irse de nuevo. Asentí y volví a mirar a Draco, el sol temprano arrojando luz sobre su rostro pacífico. Qué contraste con lo de anoche. 

Me sentí tan increíblemente agotada. Estará bien, me recordaba a mí misma. No sabía qué haría si alguna vez lo perdía. Lo que sentí anoche, la impotencia, la ansiedad, fue horrible. Nunca quise volver a experimentar algo así.

Llevé su mano a mis labios y la besé suavemente. Su piel estaba fría, así que froté su mano entre las mías, tratando de calentarlas. Sus cejas se juntaron muy brevemente, así que me detuve, pero ya estaba despierto. Parpadeó un par de veces, antes de abrir los ojos, observando su entorno.

Y luego sus ojos se posaron en mí y sentí un gran alivio inundarme. 

–Oh, gracias a Merlín– suspiré, poniéndome de pie. Puse mis manos a cada lado de su rostro y observé sus rasgos que se veían mucho más vivos que anoche –Gracias a Merlín que estás bien– Sonrió débilmente y no pude evitar besarlo rápidamente. Solo necesitaba alguna confirmación de que todavía estaba aquí conmigo.

–¿Qué pasó?– preguntó y se incorporó lentamente, gimiendo un poco por sus músculos doloridos.

–Draco, deberías acostarte– le dije con urgencia, tratando de que descansara.

–Estoy bien, Ellie– se rió, frotándose la cara.

–La señorita tiene razón, señor Malfoy, debería descansar– dijo Madame Pomfrey mientras se acercaba de nuevo –¿Cómo te sientes?

–Estoy bien– dijo Draco, quitándose las sábanas.

–Deberías tomártelo con calma por unos días– dijo y luego se fue de nuevo. 

–Ya la escuchaste, Draco, tienes que descansar– insistí. Sabía que era inútil, pero me aseguraría de que no se lastimara más de lo que ya lo había hecho. Potter iba a arrepentirse de haberlo tocado.

–Cálmate Ellie, me siento bien, honestamente– dijo, agarrando mis manos, obligándome a mirarlo –En cambio, dime cómo llegué aquí.

–Harry Potter, él usó algún tipo de hechizo contigo. Había mucha sangre y pensé que ibas a morir– dije, mi corazón se aceleró de nuevo al pensar en los eventos de anoche.

𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora