49. Realmente no lo parece

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Ella ama profundo y rápido. Con todo de sí misma, o ni un poco. Ella le dará a la gente toda su luz, a su vez luchará por entender cuando no la devuelvan. Ella quiere que pienses que no puede ser lastimada, pero la verdad es que ella se lastima más fácilmente que la mayoría. Ella es fiereza y ternura, en un mismo aliento. Esta es su belleza. En su falta total de intermedios.

-CaronPatrick Bowie

Maratón (2/3)

Miré mi reloj, pero ya eran las diez y media. ¿Dónde diablos estaba? Si él no iba a aparecer en el siguiente minuto, me iría sin él y lo maldeciría la próxima vez que nos cruzáramos.

–¿Blaise?– Pregunté mientras pasaba –¿Has visto a Malfoy? Se supone que debemos patrullar esta noche.

–No, no lo he visto desde la cena– se encogió de hombros, gruñí. ¿A dónde se fue este chico? ¿Me estaba evitando? Me juré a mí misma no ser fácil con él la próxima vez. Me hizo promesas durante todo el verano, promesas que no le permitiría romper tan fácilmente.

No vi a Draco en toda la noche. Patrullé, lo cual transcurrió sin incidentes, y me fui a la cama. Tampoco estaba en el desayuno y la próxima vez que lo vería sería en Defensa Contra las Artes Oscuras. Esa clase, sin embargo, fue impartida por Snape este año. Si había una persona que no podía enterarse de nuestro... tipo de relación, era Snape. Dado que Lucius había caído de las gracias del Señor Tenebroso desde lo sucedido con la profecía, Snape se había convertido en el confidente más cercano de Lord Voldemort, junto con Bellatrix. Lord Voldemort no podía descubrir que le había mentido, lo que significaba que Snape no podía averiguarlo nunca.

Así que cuando vi a Draco por primera vez esa mañana, tuve que actuar como si no me importara, como si no me preguntara dónde estaba constantemente, como si no me preocupara que se saltara las comidas y pareciera un poco enfermo. Tuve que actuar como si él no significara nada para mí.

Podría hacerlo por un momento, ya que Draco claramente estaba siendo un idiota, sin importar su importante tarea. Pero necesitaba hablar con él, saber que no era el único al que todavía le importaba.

–Los veré en el almuerzo, tengo algunos asuntos que atender– dije mientras mantenía mis ojos fijos en el rubio, un par de metros por delante de mí. No sabía a dónde se dirigía, pero afortunadamente no siguió el flujo de estudiantes en su camino a sus dormitorios o al Gran Comedor. Pero tan pronto como llegamos a un corredor vacío de otros estudiantes, notó mi presencia. Miró hacia atrás y suspiró.

–No te atrevas a suspirarme, Draco Malfoy– gruñí. Ya estaba harta de su pésimo comportamiento, de sus promesas incumplidas. Lo agarré por la camisa y lo arrastré conmigo hasta un almacén vacío. Lancé el hechizo de silencio para que nadie nos escuchara y luego presioné mi varita contra su manzana de Adán.

–Por favor, ilumíname por qué me estás evitando– siseé, entrecerrando los ojos. Draco tosió y empujó suavemente mi varita lejos de su garganta.

–No lo hago– murmuró.

–¿No lo haces? Oh, esa tiene que ser la mejor broma del maldito año. ¡No hemos hablado ni una palabra desde mi cumpleaños! ¡Eso fue hace casi tres semanas! Y ahora hemos estado en Hogwarts durante días, lejos del Señor Tenebroso y continúas actuando como si yo no existiera! Me prometiste que las cosas cambiarían cuando volviéramos. No esperaba que fuera tan fácil para ti simplemente ignorar...

Fui cortada por sus labios sobre los míos. Jadeé levemente ante la acción inesperada, una que tuve que perderme durante semanas.

–Lo siento– susurró mientras se alejaba –No es fácil para mí, es muy difícil mantenerme alejado de ti, Ellie.

𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora