Lastimarás a la gente. Te lastimarás y te lastimarán. Sin embargo, también amarás y serás amado de las maneras más magníficas. Vivir la vida es entender que juntos estos extremos prosperan dentro de nosotros: nuestro corazón es tanto una bendición como una espada. Poner nuestra alma en manos de alguien que pueda herirla o curarla es muy posiblemente el riesgo más valientemente hermoso que corremos.
-Bianca Sparacino.
Hoy había sido agradable, a pesar de que no hablé con Daphne. Fue más fácil así por un tiempo, para evitar los problemas en cuestión.
Sorprendentemente, lo que lo hizo agradable fueron los gemelos Weasley.
No estaba muy segura de qué lo había causado, pero de repente decidieron que la escuela ya no era necesaria. Bastante estúpido si me preguntas, con solo dos meses más por delante, pero fue entretenimiento de primera clase para nosotros.
No pude mostrar lo emocionada que me pusieron sus fuegos artificiales, ya que tenía que mantener la compostura, tratando de actuar como si fuera infantil y ridículo, pero no pude contener la risa cuando un dragón gigante persiguió a Umbridge fuera del Gran Comedor.
Fue la comidilla del castillo durante el resto del día, probablemente también el resto de la semana. No me importó el bullicio por una vez. Me quitó cosas de la mente.
Sin embargo, no me gustaba pelear con Daphne, pero ¿Por qué ella simplemente no podía ver que él no estaba interesado en ella? Estaba tan cegada por su amor por él y todos podían ver que no iba a funcionar. Pero nunca podría decirle acerca del beso. Tracey ya lo sabía y esa era una persona de más. Esto tenía que terminar, pero yo no quería que terminara.
–¡Oye, Selwyn!– Levanté la vista sorprendida, un poco aturdida por mi ensoñación. Podría haberme quedado dormida frente a la chimenea, pero tenía deberes.
–Voy en seguida– le dije a Draco y luego subí a mi habitación para tomar mi abrigo. Últimamente hacía mucha más calor, ya que era casi mayo, pero las noches aún eran frías. Noté a Daphne en su cama, pero ni siquiera me reconoció.
–Listo– dije cuando llegué a la sala común de nuevo. Realmente nunca disfruté tanto de patrullar, pero de repente estar a solas con Draco durante una hora no parecía tan malo.
No, tenía que parar. No podía arruinar mi amistad por una atracción física. Pero entonces, ¿Dónde había encontrado ese chico la audacia de verse tan bien con un abrigo negro?
Pero no pasó más de quince minutos antes de que me tuviera atrapada contra la pared de nuevo.
–La patrulla se volvió mucho más interesante– susurró en mi oído. no podía ceder.
–Esto tiene que parar, Malfoy– dije y suavemente lo empujé lejos de mí. Me di cuenta de que no lo había llamado Draco desde aquella noche en que me dijo que no lo hiciera.
–¿Y eso? Pensé que estabas bien con esto– dijo, sin moverse ni un centímetro.
–Lo estaba, pero Daphne se está poniendo celosa– suspiré –Y no puedo hacerle esto a ella. No puedo ir a sus espaldas de esta manera.
–No vas a decirle, ¿Verdad?– preguntó, retrocediendo un poco.
–No, no le diré, pero no puedo seguir haciendo esto. Ella es mi mejor amiga y ha estado muy sospechosa. Ya sabes lo celosa que se pone Daphne– murmuré.
–Bueno, ella no tiene por qué estar celosa.
–Sí, entonces tal vez deberías decírselo en lugar de engañarla de esa manera. Está enamorada de ti, Malfoy, y todavía cree que tiene una oportunidad mientras tú tienes algo con su mejor amiga.
–Ella no es el maldito problema– espetó –Ella no debería estar celosa porque aquí no pasa nada, Selwyn.
Levanté una ceja, no muy segura de lo que quería decir con eso.
–¿De qué estás hablando?
–¡No hay nada de qué hablar, Selwyn!
–¡Sí lo hay!– Grité, revisando mi entorno para ver si había alguien que pudiera estar escuchando, pero una vez más los pasillos estaban vacíos.
–No tengo nada con su mejor amiga. Esto no significa nada y pensé que lo habíamos dejado bastante claro al principio– gruñó, acercándose de nuevo.
Eso dolió un poco. ¿Por qué lo hizo? Esto era puramente físico, tenía razón. No significó nada, esto no era nada.
–Tienes razón– le dije –Pero eso no mejora la situación. Incluso si no tenemos nada, no puedo ir a sus espaldas, besándome con el tipo que le gusta.
–Claro, entonces termina aquí, Selwyn– suspiró –Solo aléjate si eso es lo que quieres, no podría importarme menos– se encogió de hombros y siguió caminando. Sabía que estaba mintiendo, al igual que la última vez que se fue después de un casi beso.
–¿Realmente esperas que crea eso?– pregunté, lo que hizo que volviera a darse la vuelta. Entrecerró los ojos. Su cabello parecía hecho de luz de luna en la oscuridad.
–¿Creer qué?– preguntó. Sentí que mis pies se movían hacia él, donde no deberían ir.
–Que no te importa– le dije. Se detuvo justo en frente de mí, mirándome a los ojos como si las respuestas estuvieran ahí.
–No me importa– dijo brevemente. Tuve ganas de tocarlo y besarlo, pero no pude –Puedo encontrar a alguien más, tú simplemente estabas allí.
Se me secó la garganta y tuve que apretar la mandíbula para mantener la cara seria. Eso duele. Simplemente estaba allí. Yo era una opción fácil.
¿Cuándo me había convertido yo, Eleanor Selwyn, en una opción fácil, una chica para usar y tirar a un lado? Por Draco Malfoy, por el bien de Merlín. ¿Y por qué me dolía?
–Bien– murmuré y me di la vuelta. He terminado con la patrulla por hoy.
Me obligué a mantener un ritmo normal, no queriendo parecer afectada por sus palabras, pero el camino de regreso a la sala común pareció durar una eternidad.
Está hecho. Lo terminamos.
Era mejor así. No lastimaría a Daphne, podría recuperar un poco de mi dignidad y podría concentrarme en los próximos TIMOs. No había ninguna razón por la que debería seguir andando a escondidas con Malfoy de esta manera, ninguna razón en absoluto.
–Oye, Lea, ¿Ya regresaste?– preguntó Tracey cuando entré. Asentí y sonreí. Ya sospechaba, no podía dejar que hiciera preguntas. No había ninguna razón para actuar de manera diferente de todos modos. Debería ser feliz, incluso. Fue divertido por un tiempo, pero ya estaba hecho.
–¿Te apetece un poco de ajedrez mágico?– pregunté, lo que inmediatamente la emocionó. Noté a Daphne al otro lado de la sala común. Parecía un poco triste y me rompió el corazón. ¿Por qué había dejado que Draco Malfoy se interpusiera en esto? Ella había sido mi mejor amiga durante años. No se debe permitir que un chico arruine eso.
Así que mis pies se acercaron a ella y la abracé. Y ella me devolvió el abrazo.
–Perdón por arremeter así, Daphne– susurré –Últimamente he estado un poco nerviosa.
–¿Por qué? Sabes que puedes hablar conmigo, ¿Verdad?– dijo, alejándose lo suficiente para mirarme a los ojos. Tenía muchas ganas de decírselo, pero ella no lo entendería. Estaba demasiado cegada por la esperanza.
–Algún día lo haré, ¿De acuerdo? En este momento solo necesito recuperar a mi mejor amiga– Por suerte, aceptó esa pésima excusa. Se lo diría, algún día, pero no podía ahora, todavía no.
–Vamos, derrotemos a Tracey en el ajedrez mágico– sonreí y la acerqué al sofá.
–Gracias a Merlín, odio cuando ustedes dos pelean– sonrió –Significa que tengo que elegir bandos y soy terrible en eso.
Dejé escapar un suspiro de alivio y me concentré en el juego de ajedrez que tenía delante, el juego que mi abuelo me había enseñado a jugar. Y nunca perdería un juego por eso.
–Daphne– sonó la voz de Draco detrás de mí –¿Todavía vamos a ir a Hogsmeade este sábado?
ESTÁS LEYENDO
𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓
FanficEleanor Selwyn y Draco Malfoy tenían tres cosas en común: Un alto estatus de sangre pura, talentos académicos y la misma casa, Slytherin. Aparte de eso, eran completamente opuestos y se odiaban. Eso fue bastante desafortunado, ya que los Selwyns y...