𝐅𝐢𝐫𝐞 & 𝐈𝐜𝐞 |𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲| ✓

74. Batalla de Hogwarts 1

–¡Draco, basta!– Grité mientras Draco me empujaba hacia el Gran Lago.

–¿Cómo me llamaste?– Bromeó, sin soltarme.

–Princesa– sonreí, riéndome mientras él comenzaba a hacerme cosquillas nuevamente –¡Para!– grité.

–Retira lo que dijiste– se rió mientras me arrastraba hacia el césped. A principios de mayo ya había llegado el verano, por lo que el exterior era muy agradable.

–Entonces deja de robarme mis apodos– me quejé, tratando de agarrar sus manos para que dejara de hacerme cosquillas.

–No significa que no puedas usarlos, amor– dijo, finalmente desistiendo para que pudiera respirar correctamente otra vez.

–Sí, eso significa, además quiero mi propio apodo, quiero ser original y todo eso.

–Bueno, "princesa" simplemente no funciona para mí– suspiró, recostándose en el césped. Me puse de lado y le aparté un poco de pelo de la cara. Me miró fijamente con sus hermosos ojos plateados y una mirada relajada en su rostro.

De repente, se levantó bruscamente y una mueca reemplazó su mirada relajada. 

–¿Qué ocurre?– Le pregunté mientras se subía la manga. La Marca Tenebrosa parecía más prominente que antes y parecía moverse sobre su piel.

–¿Qué está sucediendo?– Pregunté, sin disfrutar de verlo sufrir. 

–Nos está llamando. Está llamando a todos los mortífagos, algo está pasando– dijo Draco, con pánico en sus ojos. En ese momento noté cómo las nubes habían bloqueado el sol. Levanté la vista y me encontré con la impactante visión de la Marca Tenebrosa sobre Hogwarts, flotando en el cielo.

–Draco– susurré, con mi voz apenas audible mientras me levantaba. Draco también se levantó y nos quedamos allí por un rato, mirando la marca en el cielo.

–Esto es un problema, tenemos que irnos Ellie, esto es malo– dijo Draco, agarrando mi mano.

–Tenemos que ir a ayudar– dije. 

–Ellie, los mortífagos vienen aquí. Eso significa que este es el último lugar donde quieres estar ahora– dijo, eso me asustó. Sólo necesitaba ir a ver a mis amigos, Daphne, Tracey, Blaise, Nott, Benji. También necesitaba ver a Kreacher, necesitaba advertirles a todos.

Casi estábamos de vuelta en el castillo cuando nos encontramos con un hechizo de lo más peculiar. Un patronus en forma de gato bailaba por el cielo a nuestro alrededor, pero el dueño no estaba a la vista. Luego abrió la boca y la voz de McGonagall me sobresaltó.

–Premios anuales, por favor preséntense en el Gran Comedor de inmediato, es una emergencia– dijo el gato antes de desintegrarse. Agarré la mano de Draco y lo arrastré conmigo.

Encontramos a McGonagall y a todos los demás profesores en el Gran Comedor. Algunos de los prefectos ya habían llegado también.

–Profesora, ¿Qué está pasando?– Pregunté mientras mis ojos escaneaban la habitación con pánico. 

–El castillo está bajo ataque– dijo McGonagall –Los Mortífagos llegarán en breve porque Harry Potter está dentro de la escuela. ¿No sabes nada de eso por casualidad?– preguntó, levantando las cejas, haciéndome fruncir el ceño.

–No, no se nada– dije, un poco ofendida. ¿Creía que yo todavía estaba del lado de los Mortífagos? Ella había visto mis moretones y cortes este año como resultado de los castigos de Amycus y Alecto.

–¿Qué necesitamos hacer?– Pregunté, decidiendo ignorar el comentario. McGonagall me miró por un momento antes de volver a hablar. 

–Debemos asegurarnos de que los estudiantes estén seguros. Habla con los prefectos y diles que traigan a todos los estudiantes al Gran Salón lo más rápido posible– dijo –Después regresen aquí, me gustaría vigilarlos a ustedes dos– Parpadeé un par de veces. ¿Estaba hablando en serio?