Mew estaba concentrado únicamente en llegar hasta Gulf. Por eso no oyó los pasos del hombre que lo seguía hasta que hubo cruzado la mitad del patio.-¡Policía! ¡Alto!
Luego percibió claramente el sonido familiar del arma siendo amartillada y dirigiéndose hacia él.
-¡Las manos donde yo las vea!
Mew advirtió el olor del hombre y sonrió. La agresividad había reemplazado a la lujuria, y, el ansia de lucha era tan intensa como lo había sido el ansia sexual. Aquel sujeto estaba lleno de fluidos esa noche.
-¡He dicho alto y manos arriba!
El vampiro se detuvo y buscó entre su chaqueta una de sus estrellas. Policía o no, eliminaría a ese humano con un buen corte en la arteria.
Pero entonces Gulf abrió la puerta corredera.
El vampiro lo olió de inmediato, y tuvo una erección instantánea.
-¡Las manos!
-¿Qué está pasando? -exigió saber Gulf.
-Vuelve adentro -vociferó el humano-. ¡Las manos, cabrón! O te abriré un agujero en la parte posterior del cráneo!
En aquel momento, el policía se encontraba a unos pocos metros de distancia y se aproximaba rápidamente. Mew levantó las palmas de las manos. No iba a matar delante de Gulf. Además, esa pistola estaría pegada a su cuerpo en cuestión de tres segundos. Y ni siquiera él podría sobrevivir a un disparo a quemarropa.
-Pod...
-¡Gulf, vete de aquí va!
Una pesada mano sujetó con fuerza el hombro de Mew. Dejó que el policía lo empujara contra el edificio.
-¿Vas a decirme qué estás haciendo por aquí? -ordenó el humano.
-He salido a pasear-dijo Mew-. ¿Y usted?
El policía aferró primero un brazo de Mew y luego el otro, y tiró hacia atrás. Las esposas se cerraron rápidamente en sus muñecas. El sujeto era un auténtico profesional con aquellos instrumentos metálicos.
Mew miró de soslayo a Gulf. Por lo que podía ver, tenía los brazos cruzados con fuerza delante del pecho. El miedo espesaba el aire a su alrededor, convirtiéndolo en un velo que lo cubría de la cabeza a los pies.
Qué bien está saliendo esto, pensó. De nuevo, le había dado un susto de muerte.
-No lo mires -dijo el policía, empujando la cara de Mew hacia la pared-. ¿Cómo te llamas?
-Mew -respondió Gulf-. Me dijo que se llamaba Mew.
El humano le lanzó un verdadero rugido.
-¿Tienes algún problema de oído, dulzura? ¡Fuera de aquí!
-Yo también quiero saber quién es.
-Te daré un informe por teléfono mañana por la mañana, ¿vale?
Mew gruñó. No podía negar que hacerlo entrar era una idea excelente, pero no le gustaba la forma en que el policía le estaba hablando.
El humano registró los bolsillos de la chaqueta de Mew y empezó a sacar armas. Tres estrellas arrojadizas, una navaja automática, una pistola, un trozo de cadena.
-Válgame el cielo -murmuró el policía mientras dejaba caer los eslabones de acero al suelo con el resto del cargamento-. ¿Tienes alguna identificación? ¿O no has dejado suficiente espacio para meter una cartera, considerando que llevas encima quince kilos de armas ilegales? -Cuando el policía encontró un grueso fajo de billetes, soltó otra maldición-. ¿También voy, a encontrar drogas, o ya has vendido todo tu cargamento?
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AMANTE ETERNO MEWGULF
Teen FictionUn Rey vampiro de sangre pura poco dispuesto a liderar su clan, su familia. Cada vez son menos, se están extinguiendo. Un chico que pensaba que los vampiros solo eran cuentos de hadas, hasta que se enteró que era mitad humano mitad vampiro. Uno de...