AMANTE ETERNO MEWGULF

🩸❤️‍🔥 Capitulo 33❤️‍🔥🩸

MARATÓN HALLOWEEN #2

Mew estaba empezando a desesperarse porque no conseguía que Gulf volviera en sí.

Y su piel se estaba enfriando a cada instante. Lo sacudió de nuevo.

-¡Gulf ! ¡Gulf! ¿Me oyes?

Sus manos se movieron nerviosamente, pero tuvo el presentimiento de que los espasmos eran involuntarios. Acercó el oído a su boca. Todavía respiraba, pero con mucha dificultad y muy débilmente.

-¡Maldita sea! -Se descubrió las muñecas y estaba a punto de perforarlas con sus propios colmillos cuando se dio cuenta de que quería sostenerlo si podía beber.

Cuando pudiera beber.

Se despojó de la funda, sacó una daga y se quitó la camisa. Tanteó su propio cuello hasta que encontró la yugular. Colocando la punta del cuchillo contra la piel, se hizo un corte. La sangre manó profusamente.

Se humedeció la yema de un dedo y lo llevó a los labios de Gulf. Cuando se lo introdujo en la boca, su lengua no respondió.

-Gulf -susurró-. Vuelve a mí.

Le suministró más sangre.

-¡Maldición, no te mueras! -Las velas llamearon en la habitación-. ¡Te amo, maldición! ¡Maldita sea, no te rindas!

Su piel estaba empezando a ponerse azul; incluso Mew podía ver el cambio de color.

Una oración frenética que creía haber olvidado hacía tiempo salió de sus labios, pronunciada en su antigua lengua.

Gulf permaneció inmóvil. Estaba demasiado quieto. El Fade se cernía sobre Gulf.

Mew gritó de furia y agarró su cuerpo, sacudiéndolo hasta que el cabello se le enredó.

-¡Gulf! ¡No dejaré que mueras! Te seguiré antes de permitir...

Se interrumpió con un lastimoso gemido, apretándolo contra su pecho. Mientras acunaba su cuerpo, sus ciegos ojos se quedaron fijos en la pared negra que tenía ante él.

Khao se vistió con especial cuidado, decidido a bajar a la primera comida de la noche con el mejor aspecto posible. Después de revisar su armario, eligió un traje de gasa color crema. Lo había comprado la temporada anterior en Givenchy, pero todavía no lo había estrenado.

El traje era ceñido y un poco más atrevido de lo que normalmente usaba, aunque el resto era vaporoso, sin enarcar su figura, lo que producía en él un efecto general relativamente modesto.

Se cepilló el cabello. Con su tacto, la imagen de Mew acudió a su mente. Él había alabado alguna vez su suavidad, así que Khao lo había dejado crecer suponiendo que le agradaría.

Ahora, tal vez debiera cortarse sus rubios rizos, arrancárselos de la cabeza.

Su ira, que había amainado, se encendió de nuevo. Repentinamente, Khao tornó una decisión. Ya no se guardaría nada. Era hora de compartir.

Pero luego pensó en la imponente envergadura de Mew, en sus facciones frías y duras y en su sobrecogedora presencia. ¿Pensaba realmente que podía enfrentarse a él?

Nunca lo sabría si no lo intentaba. Y no iba a dejarlo avanzar alegremente hacia el incierto futuro que le esperaba sin decirle lo que pensaba.

Miró su reloj Tiffany. Si no bajaba a cenar .v luego ayudaba en la clínica como había prometido, Jimmy sospecharía. Era mejor esperar hasta más tarde para ir en busca de Mew. Sabía que se encontraba en casa de God.