🩸❤️‍🔥Capitulo 4🩸❤️‍🔥

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Cuando el taxi dejó a Gulf frente a Scramer's, la escena del crimen se encontraba en plena actividad. Destellos de luces azules y blancas salían de los coches patrulla que bloqueaban el acceso al callejón.

El cuadrado vehículo blindado de los artificieros ya había llegado.

El lugar estaba atestado de agentes tanto de uniforme como vestidos de civil. Y la habitual multitud de curiosos ebrios, se había adueñado de la periferia del escenario fumando y charlando.

En todos los años que llevaba como reportero, había descubierto que un homicidio era un acontecimiento social en Bangkok.

Evidentemente Para todos menos para el hombre o mujer que había muerto.

Para la víctima, imaginaba, la muerte era un asunto bastante solitario, aunque hubiese visto frente a frente la cara de su asesino. Algunos puentes hay que cruzarlos solos, sin importar quién nos empuje por el borde.

Gulf se cubrió la boca con la manga. El olor a metal quemado, un punzante hedor químico, invadió su nariz.

-¡Oye, Gulf! -Uno de los agentes le hizo señas-. Si quieres acercarte más, entra a Screamer's y sal por la puerta trasera. Hay un corredor...

-De hecho, he venido a ver a Joss. ¿Está por aquí?

El agente estiró el cuello, buscando entre la multitud.

-Estaba aquí hace un minuto. Tal vez haya vuelto a la comisaría. ¡Ricky! ¿Has visto a Joss?

Pod se paró frente a Gulf, silenciando al otro policía con una sombría mirada.

-Vaya sorpresa.

Gulf dio un paso atrás. El Duro era un buen espécimen de hombre. Cuerpo grande, voz grave, presencia arrolladora. Suponía que muchas mujeres y hombres se sentirían atraídos por él, porque no podía negar que era bien parecido, de una manera tosca, ruda.

Pero Gulf nunca había sentido saltar una chispa.

No es que los hombres no le hicieran sentir nada, pero aquel hombre, en concreto, no le interesaba.

-Y bien, Kanawut, ¿qué te trae por aquí? -Se llevó un trozo de chicle a la boca y arrugó el papel formando una bolita. Su mandíbula se puso a trabajar como si estuviera frustrado; no masticaba, machacaba.

-Estoy aquí por Joss. No por el crimen.

-Claro que sí. -Entrecerró los ojos. Con sus cejas de color castaño y sus ojos profundos, parecía siempre un poco enfadado, pero, bruscamente, su expresión empeoró-. ¿Puedes venir conmigo un segundo?

-En realidad necesito ver a Joss...

Pod le sujeto el brazo con un fuerte apretón.

-Sólo ven aquí. -Pod lo llevó a un rincón aislado del callejón, lejos del bullicio-. ¿Qué diablos te ha pasado en la cara?

Gulf alzó la mano y se cubrió el labio herido. Todavía debía de estar conmocionado, porque se había olvidado de todo.

-Repetiré la pregunta –dijo Pod-. ¿Qué diablos te ha pasado?

-Yo, eh... -La garganta se le cerró-. Estaba...

No iba a llorar. No delante del Duro

-. Necesito ver a, Joss.

-No está aquí, así que no podrás contar con él. Ahora habla.

Pod le inmovilizó los brazos a los lados, como si presintiera que podía salir corriendo. Él medía sólo unos pocos centímetros más que Gulf, pero lo retenía con 30 kilos de músculo por lo menos.

AMANTE ETERNO   MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora