MARATÓN #3
Gulf respiró profundamente, y vacilante extendió las manos hacia las paredes de piedra. El aire no era mohoso, ni había una asquerosa capa de humedad o algo similar; simplemente estaba muy oscuro. Descendió por los escalones lentamente, tanteando el camino. Las lámparas parecían luciérnagas, iluminándose a sí mismas más que a la escalera.
Y entonces llegó al final. A la derecha había una puerta abierta, y allí percibió el cálido resplandor de un candelabro. La habitación era igual al corredor; de paredes negras, tenuemente iluminada, pero limpia. Las velas temblaban ligeramente. Al colocar el bolso sobre la mesa de té, se preguntó si aquel sería el dormitorio de Mew.
Al menos el tamaño de la cama era apropiado para él. ¿Y las sábanas eran de satén?
Supuso que había traído a muchos amantes a aquella guarida. Y no necesitaba ser un lince para imaginar qué sucedía una vez que cerraba la puerta.
Oyó correr el cerrojo, y el corazón le dio un vuelco.
-Respecto a mi padre-dijo Gulf vivamente.
Mew pasó junto a Gulf y se quitó la chaqueta. Debajo llevaba una camiseta sin mangas, y Gulf no pudo ignorar el rudo poderío de sus brazos mientras sus músculos se tensaban al dejar a un lado la prenda de cuero. Pudo apreciar los tatuajes de sus antebrazos cuando se sacó de los hombros la funda vacía de las dagas.
Fue al baño y Gulf escuchó correr el agua. Cuando regresó, se secaba la cara con una toalla. Se puso las gafas antes de mirarlo.
-Tu padre, God, era un macho muy valioso. -Mew arrojó la toalla de manera despreocupada y se dirigió a una silla.
Se sentó con el respaldo hacia delante, poniendo las manos sobre sus rodillas-.
—Era un aristócrata en el antiguo país antes de convertirse en guerrero. Es..., era mi amigo. Mi hermano en el trabajo que hago.
«Hermano». Seguía utilizando esa palabra.
Mew sonrió un poco, como si recordara algo agradable para sus adentros.
-G tenía muchas habilidades. Era rápido con los pies, inteligente como pocos, bueno con un cuchillo. Pero además era culto. Todo un caballero. Hablaba ocho idiomas. Estudió de todo, desde religiones del inundo hasta historia del arte y filosofía. Podía hablarte durante horas sobre Wall Street y, luego explicarte por qué el techo de la Capilla Sixtina es en realidad una obra manierista y no del Renacimiento.
Mew se echó hacia atrás, recorriendo con su fornido brazo la parte superior de la silla. Tenía los muslos abiertos. Parecía muy cómodo mientras se sacudía hacia atrás el cabello negro.
Endiabladamente sensual.
-God nunca perdía la calma, por muy feas que se pusieran las cosas. Siempre se concentraba en el trabajo que estaba haciendo hasta terminarlo. Murió contando con el más profundo respeto de sus hermanos.
Mew parecía de verdad echar de menos a su padre. O a quien fuese el hombre que estuviera usando con el propósito de... ¿Cuál era exactamente su propósito?, se preguntó. ¿Qué ganaba contándole toda esa basura?
Bueno, Gulf estaba en su habitación, ¿no?
-Y Fritz me ha dicho que te amaba profundamente.
Gulf frunció los labios.-Suponiendo que te creyera, la pregunta es obvia. Si mi padre me amaba tanto, ¿por qué nunca se molestó en venir a conocerme?
-Es algo complicado.
-Sí, es difícil llegar hasta donde vive tu hijo, tender la mano y decirle tu nombre. Es realmente penoso. -Cruzó la habitación, sólo para encontrarse de pronto junto a la cama. Se colocó de inmediato en otra parte-. ¿Y a qué viene toda esa retórica de los guerreros? ¿Él también pertenecía a la mafia?
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AMANTE ETERNO MEWGULF
Ficção AdolescenteUn Rey vampiro de sangre pura poco dispuesto a liderar su clan, su familia. Cada vez son menos, se están extinguiendo. Un chico que pensaba que los vampiros solo eran cuentos de hadas, hasta que se enteró que era mitad humano mitad vampiro. Uno de...