🩸❤️‍🔥 Capitulo 46❤️‍🔥🩸

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Durante el banquete de bodas, Pod no se excedió con el alcohol. No le resultó muy difícil. Estaba demasiado ocupado disfrutando de la compañía de Khao.

Y también observando a Gulf con su nuevo esposo. Dios, estaba tan feliz... Y ese vampiro de apariencia cruel al que se había unido tenía la misma expresión de felicidad. No podía soltarlo, ni dejar de mirarlo. Durante toda la noche, lo tuvo sentado sobre el regazo en la mesa, alimentándolo de su mano mientras le acariciaba el cuello.

Cuando la fiesta empezó a decaer, Khao se levantó.

-Tengo que regresar con mi hermano. Está esperándome para cenar.

Seguramente por eso no había comido nada. Pod frunció el ceño, no quería que se fuera.

-¿Cuándo regresarás?

-¿Mañana por la noche?

Maldición, toda una vida. Apartó su servilleta.

-Bien, aquí estaré. Esperándote.

Por Dios, hablando de sometimiento, pensó.

Khao se despidió de los comensales y desapareció. Pod alcanzó su copa de vino y trató de fingir que no le temblaba la mano. Al asunto de la sangre y los colmillos, ya casi se había acostumbrado. Pero aquello de las desapariciones iba a llevarle algo más de tiempo.

Diez minutos después, se dio cuenta de que estaba solo en la mesa.

No tenía el más mínimo interés en volver a su casa. En el transcurso de un día se las había ingeniado para arrinconar su vida real, para apartarla a un rincón de su mente. Y como si fuera un aparato averiado, no tenia ganas de examinarlo, repararlo y usarlo de nuevo.

Miró a su alrededor, pensando en las personas que basta hacía poco tiempo habían ocupado los asientos, ahora vacíos. El era un extraño en su mundo. Un entrometido. Aunque, en realidad, ser un individuo extraño no resultaba nada nuevo para él.

Los otros policías eran buenos tipos, pero nunca habían sido más que compañeros de trabajo, incluido Joss. Nunca había sido invitado a cenar a casa de los WayAr. Mientras miraba los platos vacíos y las copas de vino medio llenas, se dio cuenta de que no tenía a donde ir. No había ningún lugar en el que quisiera estar. El aislamiento nunca lo había molestado antes.

Al contrario, le había hecho sentirse más seguro y protegido. Pero ahora no dejaba de parecerle extraño que estar solo no fuera lo mejor del mundo.

-Oye, detective. Vamos al Screamer's. ¿Quieres ir?- Pod alzó la vista al umbral de la puerta.

Max estaba en el pasillo con Bright y Tay detrás de él. Los vampiros parecían expectantes, como si sinceramente quisieran que los acompañara.

Pod se encontró de pronto sonriendo abiertamente, como el chico nuevo que, después de todo, no iba a tener que sentarse solo en el comedor.

-Sí, me vendrá bien divertirme un poco.

Al levantarse, se preguntó si debía ponerse algo más informal. Los hermanos se habían cambiado y se habían puesto sus vestimentas de cuero, pero él se resistía a dejar el traje. Le encantaba.

A la mierda. Le gustaba esa ropa; y claro que iba a usarla. Aunque no fuera muy adecuada a su personalidad.

Pod se abotonó la chaqueta, alisándola sobre el pecho, comprobó que el pañuelo aún estuviera perfectamente doblado.

-Vamos, detective, estás estupendo -dijo Bright con una sonrisa ardiente-. Y me muero por un poco de compañía, ¿Me entiendes?

Si, ya lo imaginaba. Pod rodeó la mesa.

AMANTE ETERNO   MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora