🩸❤️‍🔥Capitulo 26❤️‍🔥🩸

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Gulf colocó de nuevo la copa de vino sobre la mesa, deseando tener más control sobre sí mismo.

-No te gusta, ¿verdad? --dijo Mew en voz baja.

-¿El qué?

-Que yo beba de otro Doncel.

Gulf se rió lúgubremente, despreciándose a sí mismo, a Mew y toda aquella maldita situación.

--¿Disfrutas restregándomelo por las narices?

Por un momento, Mew guardo silencio.

-La idea de que algún día tú marques la piel de otro macho con tus dientes y metas su sangre dentro de ti me vuelve loco.

Gulf lo miró fijamente.

¿Entonces porqué no te quedas conmigo?, pensó Gulf. Mew sacudió la cabeza.

-Pero no puedo permitirme eso.

-¿Por qué no?

--Porque tú no puedes ser mío. No importa lo que haya dicho antes.

Fritz entró, recogió los platos Y sirvió el postre: fresas colocadas delicadamente sobre un plato con bordes dorados y un poco de salsa de chocolate al lado para bañarlas, junto a una galleta pequeña.

Normalmente, Gulf habría despachado aquella exquisita combinación; en cuestión de segundos, pero se encontraba demasiado agitado para comer.

-¿No te gustan las fresas? -preguntó Mew mientras se llevaba una a la boca. Sus brillantes dientes blancos mordieron la roja carne.

Gulf se encogió de hombros, obligándose a mirar hacia otro lado.

-Sí me gustan.

-Toma. -Cogió una fresa de su plato y se inclinó hacia ella-. Permíteme que yo te la dé.

Sus largos dedos sostuvieron el pedúnculo con firmeza, mientras su brazo se balanceaba en el aire.

Gulf deseaba tomar lo que Mew le ofrecía.

-Puedo comer por mí mismo.

-Ya lo sé -dijo Mew sinceramente-. Pero ésa no es la cuestión.

-¿Tuviste sexo con el? --preguntó Gulf. Enarcó las cejas con sorpresa.

-¿Anoche?

Gulf asintió con la cabeza.

-Cuando te alimentas, ¿le haces el amor?

—No. Y déjame contestar a tu siguiente Pregunta. Ahora mismo, no me acuesto con nadie más que contigo.

Ahora mismo, repitió Gulf mentalmente.

Gulf bajó la mirada hacia sus manos, colocadas en su regazo, sintiéndose herido de una forma estúpida.

-Déjame alimentarte -murmuró Mew--. Por favor.

Oh, madura, se dijo Gulf a su mismo. Eran adultos. Eran maravillosos en la cama, y eso nunca le había sucedido jamás con ningún hombre. ¿Realmente iba a alejarse sólo porque iba a perderlo?

Además, aunque le prometiera un futuro de rosas, un hombre como él no permanecería en casa mucho tiempo. Es un luchador que andaba con una pandilla de tipos como él. Los asuntos domésticos y el hogar le resultarían tremendamente aburridos. Lo tenía ahora. Lo quería ahora.

Gulf se inclinó hacia delante en su silla, abrió la boca, poniendo los labios alrededor de la fresa, tomándola entera. Los labios de Mew temblaron al verlo morder, y cuando un poco del dulce jugo escapó y goteó hacia su barbilla, soltó un silbido ahogado.

AMANTE ETERNO   MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora