🩸❤️‍🔥Capitulo 5 🩸❤️‍🔥

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Gulf se había puesto su atuendo nocturno, consistente en unos pantalones cortos y una camiseta sin mangas, y estaba abriendo el futón cuando Boo empezó a maullar en la puer­ta corredera de cristal. El gato daba vueltas en un estrecho círcu­lo, con los ojos fijos en algo que había en el exterior.

-¿Quieres pelear otra vez con el minino de la señora Gio? Ya lo hemos hecho una vez y el resultado no fue muy bueno, ¿re­cuerdas?

Unos golpes en la puerta principal le hicieron girar la ca­beza con un sobresalto.

Se dirigió allí y acercó un ojo a la mirilla. Cuando vio quién estaba al otro lado, se dio la vuelta y apoyó la espalda contra la madera.

Los golpes volvieron a oírse.

-Sé que estás ahí -dijo Pod-. Y no pienso mar­charme.

Gulf descorrió el cerrojo N, abrió la puerta de golpe. An­tes de que pudiera decirle que se fuera al diablo, pasó a su lado y entró.

Boo arqueó el lomo y siseó.

-Yo también estoy encantado de conocerte, pantera ne­gra. -El vozarrón atronador de Pod parecía totalmente fuera de lugar en su apartamento.

-¿Cómo has entrado en el edificio? -preguntó Gulf mien­tras cerraba la puerta.

-Forcé la cerradura.

-¿Hay alguna razón en particular para que hayas decidi­do irrumpir en este edificio, detective?

Pod se encogió de hombros y se sentó en un andrajoso sillón.

-Pensé que podía visitar un amigo.

-¿Entonces por qué me molestas a mí?

-Tienes un bonito apartamento -dijo Pod, mirando sus cosas.

-Vaya mentiroso.

-Oye, por lo menos está limpio. Que es más de lo que puedo decir de mi propio cuchitril. -Sus oscuros ojos castaños lo miraron directamente a la cara-. Ahora, hablemos de lo que sucedió cuando saliste del trabajo esta noche, ¿quieres?

Gulf cruzó los brazos sobre el pecho. Pod se rió entre dientes.

-Dios, ¿qué tiene Joss que no tenga yo?- dijo Pod.

-¿Quieres lápiz y papel? La lista es larga.

-Auch. Eres frío, ¿lo sabías? -Su tono era divertido--. Dime, ¿sólo te gustan los que no están disponibles?

-Escucha, estoy agotado...

-Sí, saliste tarde del trabajo. A las nueve y cuarenta y cinco, más o menos. Hablé con tu jefe. Siwon me dijo que toda­vía estabas en tu mesa cuando él se marchó a Charlie's. Viniste a tu casa caminando, ¿no? Por la calle Trade seguramente, pre­sumo, como haces todas las noches. Y durante un buen rato, ibas solo.

Gulf tragó saliva cuando un leve ruido hizo que desviara la mirada hacia la puerta corredera de cristal. Boo había empeza­do de nuevo a ir de un lado a otro y a maullar, escudriñando al­go en la oscuridad.

-Ahora, ¿me contarás qué ocurrió cuando llegaste al cru­ce de Trade y la Diez? -Su mirada se suavizó.

-¿Cómo sabes...?

-Dime lo que pasó, y te prometo que me cercioraré de que ese hijo de perra tenga lo que se merece.

Mew permaneció inmóvil, sumergido en las sombras de la se­rena noche, mirando fijamente la silueta del hijo de God. Era alto para un doncel humano, y su cabello era negro, pero eso era todo lo que podía percibir con sus pobres ojos.

AMANTE ETERNO   MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora