🩸❤️‍🔥 Capitulo 17 ❤️‍🔥🩸

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MARATÓN #2

Mew subió por la escalera delantera de la casa de God. La puerta se abrió de golpe antes de que pudiera tocar el pomo de bronce.

Fritz estaba al otro lado.

-Amo, no sabía que estaba...

El doggen se quedó petrificado cuando vio a Gulf.

Sí, sabes quién es -pensó Mew-. Pero tomémoslo con calma.

Gulf ya estaba bastante asustado.

-Fritz, quiero que conozcas a Gulf Kanawut. -El mayordomo se quedó mirándolo-. ¿Vas a dejarnos entrar?

Fritz hizo una profunda reverencia e inclinó la cabeza.

-Por supuesto, amo. Joven Kanawut, es un honor conocerlo personalmente.

Gulf pareció desconcertado, pero se las arregló para sonreír cuando el doggen se irguió y se apartó del umbral.

Cuando Gulf tendió la mano para saludarlo, Fritz dejó escapar un sonido ahogado y miró a Mew solicitando permiso.

-Adelante -murmuró Mew mientras cerraba la puerta principal.

Nunca había podido entender las estrictas normas de los doggens.

El mayordomo extendió las manos con reverencia, cerrándolas sobre la mano de Gulf y bajando la frente hasta tocarlas. Pronunció unas palabras en el antiguo idioma en un sosegado arrebato.

Gulf estaba asombrado. Pero no tenía manera de saber que al ofrecerle la mano le había concedido el máximo honor de su especie. Como hijo de un princeps, era un aristócrata de alta cuna en su mundo.

Fritz estaría resplandeciente durante días.

-Estaremos en mi alcoba -dijo Mew cuando el contacto se rompió.

El doggen vaciló.

-Amo, Bright está aquí. Ha tenido un... pequeño accidente.

Mew soltó una maldición.

-¿Dónde está?

-En el baño del piso de abajo.

-¿Aguja e hilo?

-Dentro, con él.

-¿Quién es Bright? -preguntó Gulf mientras cruzaban el vestíbulo.

Mew se detuvo cerca del salón.

-Espera aquí.

Pero Gulf lo siguió cuando empezó a caminar.

Mew volvió la cabeza, señalando hacia la puerta del salón.

-No ha sido una petición.

-No voy a esperar en ninguna parte.

-Maldición, haz lo que te digo.

-No. -La palabra fue pronunciada sin acaloramiento.

Lo desafiaba intencionadamente y con pasmosa tranquilidad, como si Mew no fuera más que un obstáculo en su camino, igual que una vieja alfombra.

-Jesucristo. Está bien, pero luego no tendrás ganas de cenar.

Mientras se encaminaba irritado hasta el baño, pudo oler la sangre desde el vestíbulo. Era grave, y deseó con fuerza que Gulf no estuviera tan ansioso por verlo todo.

Abrió la puerta, y Bright alzó la vista. El brazo del vampiro colgaba sobre el lavabo. Había sangre por todas partes, un charco oscuro en el suelo y uno más pequeño sobre el mármol.

AMANTE ETERNO   MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora