Un par de días después, Mew intentó incorporarse antes de que los hermanos entraran. No quería que lo vieran acostado. El suero conectado a su brazo y todas aquellas máquinas detrás de él ya le resultaban bastante molestas.Pero, al menos, le habían retirado el catéter el día anterior. Y se las había arreglado para afeitarse por si solo y lavarse un poco. Tener el cabello limpio era algo estupendo.
-¿Qué estás haciendo?- pregunto Gulf cuando lo sorprendió moviéndose.
-Sentándome...
-Ah, no, no lo harás. -Cogió el mando de la cama y dobló el cabezal hacia arriba.
-Ah, diablos, leelan, ahora permaneceré acostado además de sentado.
-Así estás bien. -Gulf se inclinó para colocar bien las sábanas, y Mew alcanzó a ver la curva de su cuello. Su cuerpo se inflamó. En el lugar indicado.
Pero la oleada de lujuria le hizo pensar en la escena que había encontrado en el granero. Gulf encadenado a aquella mesa. No le importó en absoluto que los restrictores no pudieran tener erecciones.
Lo cogió de la mano
-¿Leelan?
-¿Sí?
-¿Estás seguro de que estás bien? -habían hablado de lo que había sucedido, pero Mew estaba preocupado.
-Ya te lo he dicho Mew. La herida de mi muslo se está curando...
-No estoy- hablando de lo físico -dijo Mew con ganas de matar a Billy Riddle otra vez.
Su cara se ensombreció por un instante.
-Ya te lo dije, estaré bien. Porque me niego a que sea de otra manera.
-Eres muy valiente. Y tienes una fortaleza extraordinaria. Me asombras.
Gulf le sonrió, y se inclinó para darle un beso fugaz, pero Mew lo inmovilizó, y habló pegado a sus labios:
-Y gracias por salvarme la vida. No sólo en ese granero, sino durante el resto de mis días.
Lo besó intensamente, alegrándose al oírlo jadear de placer. Aquel sonido hizo que su miembro volviera también a renacer. Le rozó la clavícula con la yema de los dedos.
-¿Qué te parecería subir aquí conmigo?
-No creo que estés completamente preparado para eso todavía.
-¿Quieres apostar? - Mew le cogió la mano y la metió bajo las sábanas.
Su risa franca al sujetarlo suavemente le pareció un auténtico milagro, lo mismo que su constante presencia en la habitación, su implacable protección, su amor, su fuerza.
Gulf lo era todo para él. Su mundo entero. Había pasado de importarle poco lo que sucediera con su vida a estar desesperado por vivir. Por Gulf. Por ellos. Por su futuro.
-¿Qué opinas si esperamos sólo un día más? –preguntó Gulf.
-Una hora.
-Hasta que puedas sentarte solo.
-Trato hecho.
Gracias a Dios se recuperaba con rapidez. La mano de Gulf se retiró de su cuerpo.
-¿Puedo permitir a los hermanos que entren?
-Sí. -Respiró profundamente-. Espera. Quiero que escuches lo que voy a decir.
Tiró suavemente de Gulf hacia abajo, hasta que quedó sentado al borde de la cama.
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AMANTE ETERNO MEWGULF
Ficção AdolescenteUn Rey vampiro de sangre pura poco dispuesto a liderar su clan, su familia. Cada vez son menos, se están extinguiendo. Un chico que pensaba que los vampiros solo eran cuentos de hadas, hasta que se enteró que era mitad humano mitad vampiro. Uno de...