capítulo once.

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Sus manos temblaban con tanta fuerza debajo de la mesa que incluso creía que estaba sufriendo un ataque de pánico

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Sus manos temblaban con tanta fuerza debajo de la mesa que incluso creía que estaba sufriendo un ataque de pánico. Aunque eso fuera.

Él la miró extraño, mientras terminaba de comer el pequeño postre de chocolate que ella le había servido al apenas despertarse.

—Oye, Amy —lo miró con miedo— hmm, ¿Estás bien?

—... s-si, ¡Sí, estoy bien! —tomo una servilleta y la arrugó con fuerza— solo... Solo estaba pensando en... en...

Dios, inventa una excusa. ¡Rápido!

—¿En...?

—La... La deuda del hospital.

Dejó de tragar en seco y levantó su mirada al terminar de escuchar lo que había dicho.

¿Deuda?

—¿Deuda? —en su espalda corría frío— creí... creí que ya la había terminado de pagar el último mes.

—No... no lo creo. Creo que te equivocaste.

—¿Eso crees?

—Si.

Dios, ¿Aún faltaba por acabar de pagar el tiempo que Amy estuvo allá? Era imposible. Tal vez ella era la equivocada.

Aunque... No le quería decir nada. No deseaba que Amy volviera a estar enojada con él por algo en qué tal vez ella sí tenía razón.

Suspiró con miedo. ¿De dónde sacaría el dinero?

—Creo... creo que tal vez tengas razón —miro el teléfono— aunque debería confirmarlo.

—¿Qué?

Se levantó cuando él lo hizo y caminó detrás de él apurada hasta llegar a aquel aparato. El azulado lo tomó en sus manos y miró el último número que había llamado.

—Que extraño.

—¿Qué... qué es extraño?

—El número. No recuerdo que haya sido el del hospital.

—Tal vez se equivocaron de número.

—No lo creo —devolvió la llamada y la miró— ve a recostarte, Ames. Debes estar cansada. Sube. Cuando me digan que es lo que pasa con el dinero subiré también.

—No, quiero estar contigo.

—Ya sé que me amas pero no iré a ningún lado —soltó una pequeña risa antes de haberle dado un beso en la frente— sube —susurro— prometo que estaré contigo.

—¿Lo prometes?

—Si —su voz cambió— hola, buenos días señor. Habla con Sonic The Hedgehog... Gracias, mi problema es la deuda en el hospital... A nombre de Amy Rose, por favor.

𝐑𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐒𝐎𝐍𝐈𝐂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora