capítulo doce

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Su respiración lenta no significa que fuera tranquila

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Su respiración lenta no significa que fuera tranquila.

Miraba al techo con la boca algo abierta. Sus ojos estaban tan cansados pero sus mejillas estaban mojadas por la misma derrota que ha tenido cientos de veces.

Ahí en la noche, con una mano encima de su cuerpo cansado, se dió cuenta que necesitaba más de un trabajo para pagar el hospital de Amy igual que sus medicamentos.

Pasó sus manos por su cara de una forma brusca para mantenerse despierto y encontrar ideas a ese embrollo en el que se había metido.

Volteó su mirada hacia su lado derecho, ella estaba dormida plácidamente a su lado, como una niña. Sonrió con pereza y se levantó para bajar a la cocina y buscar algo que tomar.

Realmente había estado teniendo mucha sed los últimos días. La desdicha es que solo tomaba alcohol para perder un poco la conciencia. Aunque siempre había algo que se lo impedía.

Maldita sea. Ni embriagarse podía.

Ya eran las cuatro de la mañana cuando estaba en la mesa de la cocina, con la ventana abierta porque tenía calor, comiendo y bebiendo lo que había preparado de la noche anterior. 

Ni siquiera lo puso al fuego un momento para que su comida agarrara calor. Pero ni tenía ganas para eso, creía que sería tan estúpido de dejar el gas abierto, acostarse en la mesa y quedarse dormido hasta morir.

¡Boom! Record. Primer pensamiento suicidia del día, y ni siquiera había comenzado.

Y eso no era todo, admitía que no cocinaba del todo bien, pero tampoco era para que muriera envenenado.

Aún.

¡Boom! Doble record. Tal vez en la tercera pueda tomar cartas en el asunto y volverlo realidad.

—Ay, mierda Sonic. ¿En qué piensas? —se regañó mientras abofeteaba suavemente sus mejillas tratando de tomar conciencia de lo que había estado pensando los últimos meses.

Se suponía que tenía que mejorar y estaba volviendo a lo mismo.

"Realmente eres estúpido".

—Uff, obvio —se habló a sí mismo, como un lunático sin sus pastillas.

Cuando se dio cuenta que había acabado la cena de la noche anterior. Dejó la losa en el lavavajillas y caminó hasta la sala en donde agarró de nuevo el control remoto y encendió la televisión.

𝐑𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐒𝐎𝐍𝐈𝐂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora