capítulo seis.

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Sonic

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Sonic.

Había despertado envuelto en sudor.

Sin abrir sus ojos, pacientemente acarició su frente y la sobo un momento mientras se quejaba por el dolor. Hizo una queja con sus labios al sentirse tan pegachento, y en serio necesitaba una ducha. ¿Hace cuanto no tenía una ducha que no sólo fuera agua sin jabón?

Y ahora que lo pensaba, sonaba realmente asqueroso.

Se levantó como pudo y empezó a caminar por la sala que misteriosamente, estaba llena de botellas de alcohol que no recordaba haber tomado, envolturas de comida chatarra que no había podido comprar, juegos de mesa y... ¿Harina?

—¿De dónde...?

El suelo estaba lleno de un líquido rojizo junto con algo que parecía harina. ¿Había intentado cocinar ayer o...?

Bien, bien. —recordaba haberle dado la dirección— ya- ahí ta.

Bien, llego en unos minutos.

Wuuu.

Cubrió su boca con su mano mientras la otra se posaba en la cadera.

—Miiiierda.

¿A quién había invitado a su casa?

Escuchó como desde la cocina alguien servía de algunos de los platos algo de cereal, como se paseaba por el piso y como corría un silla para probablemente sentarse y empezar a comer.

¿Cereal? No recordaba haber comprado tampoco comida, ¿Acaso había invitado a una prostituta para que sea acompañante?

—No, no, no. Tranquilo Sonic —tomo un bate de béisbol que tenía en la recámara— si es un ladrón solo puedes empantarlo con esto. Nada más.

Sus pasos apenas rechinaban por la madera del piso, las manos empuñaban con fuerza el bate mientras que lo sostenía en alto por si tenía que llegar a usarlo.

Abrió a puerta levemente y ahí lo vio, y él con rapidez volteó a mirarlo a él y ambos se quedaron viendo mientras él sostenía aún el cereal en su boca y azulado el bate.

—Ehh... Hola imbécil.

—¡H-hijo de-! ¡Moco verde! ¡¿Qué haces en mi casa?!

—¡¿Perdona?! ¡Llamaste en la madrugada llorando diciendo que querías que viniera no me jodas!

—¡Pues sí pero...! —sus mejillas se hincharon al no tener excusa— estúpido, quería llamar a Knuckles, no a ti.

𝐑𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐒𝐎𝐍𝐈𝐂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora