capítulo quince

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Ella levantó la vista cuando lo vio pasar por la puerta con ambas manos detrás de la espalda

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Ella levantó la vista cuando lo vio pasar por la puerta con ambas manos detrás de la espalda.

Sonrió con cuidado dejando el libro a un lado suyo y se quedó mirándolo.

—¿Entonces?

—Te tengo una sorpresa.

—¿Y es...?

El hizo como si una trompeta en sus manos dieran la bienvenida a una persona en especial, dió unos pasos hacia atrás y abrió la puerta.

—¡Ta daaa!

Ella abrió sus ojos de golpe y casi de un grito cuando ambos chicos se abalanzaron encima de ella, cayendo con fuerza.

—¡E-esperen está débil!

Su risa lo dejó confunso.

—¡Chicos, Dios mío! ¡Los extrañé tanto! —les dió a ambos besos en las mejillas sonriendo con desdén mientras los abrazaba con más fuerza aún.

—¡Ay, espera aprietas muy fuerte! —ella lo soltó— pff, ¿Seguro que está enferma? Esta chica parece tener más fuerza que tú —mencionó knuckles mientras intentaba recuperar aire.

—Idiota, no significa que ella esté bien —se acercó y la arropó de nuevo— ha estado teniendo fiebre.

—¿Le haz dado analgésicos? —preguntó el menor, mientras se acercaba a ella a verle el rostro.

—Lo traté pero... los vomitó hoy —observó desde la ventana como empezaba a llover— tal vez... fue porque ayer en la noche había empezado a hacer frío y había dejado la ventana de la cocina abierta y ella alcanzó a tomar un resfriado.

—No creo que sea por eso, puede que le dé un pequeño resfriado. Pero vómitos y mejillas rojas ya casi quemandola puede ser algo más —Tails se acercó y tocó su frente— está ardiendo.

—¿Qué sugieres Tails? —Knuckles se acercó y tomó su frente también— ¡Wow! Amy, estás ardiendo. ¿A qué temperatura estuvo el agua? ¿Eh?

Ella soltó una risita mientras cubría la mitad de su cara con las cobijas.

—Eres muy gracioso, Knuckles.

—Lo sé querida, por eso Rouge me ama.

—Sugiero que se mantenga en cama como lo está ahora —contestó la pregunta que el rojizo le había hecho hace un segundo—  Lo primordial es que no bajes a la cocina. Podrías sufrir un desmayo y tener un accidente.

—Ella por ahora no lo hace. Baja muy poco siendo sincero —Sonic se acercó a la ventana y cerró las cortinas— y digamos que he estado siendo un poco precavido. No hemos tenido días muy lindos.

Ambos invitados se miraron mutuamente con algo de preocupación en su rostro. Pensaron en una forma de entenderlo.

—Realmente lamentamos lo que está pasando ahora, Sonic —se acercó a él y tomó su hombro— y por eso estamos aquí, para ustedes. Tails y yo siempre vamos a tener lo que ustedes tal vez necesiten en un futuro.

𝐑𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐒𝐎𝐍𝐈𝐂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora