Taegi|| Realeza

[28]

Yoongi subió su rostro y se contempló en el espejo, el día de la fiesta que había organizado desde hace una semana con ayuda de sus amigas sería esa noche. Por lo que Joy lo estaba ayudando a arreglarse. Incluso mandó hacer un traje personalizado con el mejor sastre que había en su local. Se acomodó unos aritos que eran de perla, para luego acomodar su anillo azul en el dedo anular, al contemplar aquel artefacto una leve sonrisa se formó en su rostro recordando el dia en que aquel artilugio le fue entregado.

Extrañaba a Kim Taehyung. Tal vez desde un principio no pudo evitar pensar lo atractivo que era el Conde cuando lo vio aquel día en que fue a pedir su mano en la casa de su madre. Sin embargo, la vergüenza al ser señalado y deshonrado frente a todo el clan por ese tipo, aún sintiendo culpa, temor. Fue que lo mantuvo alejado de querer conocer al hombre con el que se había casado.

—¿Amo, en qué piensa?—preguntó Joy al darse cuenta que el joven vampiro se había quedado absorto en sus pensamientos—. No piense mucho, hoy le saldrá bien todo lo que ha planeado.

—Hace meses atrás jamás pensé que iba a tener este valor, Joy—comentó el vampiro contemplando a la mujer a través del espejo—. Siempre que sucedía algo que me disgustaba me quedaba callado, por miedo. A mamá siempre le obedecí y traté de no ser unas molestias para mis hermanas mientras aguantaba muchas veces los comentarios que decían de mí y lloraba a escondidas—el vampiro suspiró y pasó su mano tras el cuello acariciando un poco—pero uno no puede vivir siempre siendo el mismo, hay un momento en que toda la paciencia se agota y uno explota.

—Amo, nunca ha hablado sobre aquel día—comentó Joy que se levantó y se dirigió a traer los zapatos de Yoongi que estaban dentro de una caja de madera ubicados sobre una silla. Ella los tomó y contempló al vampiro—¿No quiere hablarlo?

—Solo sentí una rabia interior—comentó el vampiro y desvió la mirada contemplando como la cortina se ondeaba por el viento que ingresaba en la gran ventana de su cuarto. Bajó su mirada viendo a Holly, su perrito dormía panza arriba sobre una pequeña cama hecha a su medida—. Era como si un poder dentro de mí hubiera despertado.

Joy desvió la mirada y apretó los labios para poner los zapatos en el suelo.

<<Una joven Joy se dirigía al jardín con sus compañeras mientras las pequeñas niñas de 8, 6 y 4 años correteaban y la de 2 años era cargada por la señora Min que sonreía viendo a sus hijas jugar entre ellas. La impura vió al Baroneto quien se encontraba frente a un árbol de pino viejo y grande, el cual tenía pocas hojas.

—Amor—habló la señora Min para sentarse sobre una manta enorme y blanca que habían puesto para el picnic de ese día—¿Qué haces? ven a jugar con las niñas.

—Espera un momento—comentó aquel vampiro. Sus ojos se pusieron rojos, rodeó aquel tronco del árbol y luego de unos segundos una onda expansiva sobresaltó a la baroneta Min y sus cachorras, que hizo que sus faldas se levantaran y también sus cabellos se ondearan. Joy vio como aquel Sangre pura arrancó el árbol desde su raíz para luego tirarlo a un lado como si de una hoja se tratara, el vampiro limpió sus manos—. Ya tenemos leña para estos días—comentó con cierto tono divertido.

—Deja de hacer eso frente a las niñas, las asustarás—comentó la mujer para tomar un pan y darle una mordisqueada—, apurate, estos panecillos están recién salidos, no desearías que se te enfríen.

—Me pregunto si alguna de nuestras hijas será fuerte—comentó aquel hombre que se sentó, Joy lo siguió con su mirada, aunque tratara de desviar sus ojos a otro lugar siempre volvían a ver al baroneto—, me gustaría que hereden mi poder.

—Sabes muy bien que solo heredará tu poder un varón—comentó aquella mujer enarcando ambas cejas—, en nuestro clan solo los machos son muy fuertes. Envidio mucho a la familia de los Toferghent y los Barons, las mujeres de esas familias son muy poderosas.