Inevitable.© [Yoonmin.]

¿Más cerca?

Vestirse no es una opción después de estar tan cerca y Jimin solo se pone una camiseta y le pide ropa interior limpia, para quedarse en sus brazos lo que resta de la tarde, porque además fue tan descarado de pedir permiso para quedarse con él esa noche, logrando que, YoonGi le consienta al prepararle la cena y permitirle usar su ropa.

La comodidad siendo tan evidente entre ambos que, después de un momento de placer tan intenso solo se sienten más especial, como si fuese algo destinado a pasar.

—Vamos a bailar el sábado..—YoonGi le propone, después de que lo ha llevado a la cama, y pasándole una sábana encima.—Un amigo hará una fiesta, podemos escaparnos un rato.
El menor asiente entusiasmado porque será la primera fiesta a la que asista desde que llegó a la ciudad, y todavía más porque será con él a su lado, y después de que su relación haya avanzado, sin tener en cuenta la molestia que también le ha traído.

—Pediré permiso aunque Dios, mi mamá me matará. Últimamente hago lo que quiero.

YoonGi le sonríe, besando su coronilla, disfrutando tenerlo en su habitación sin la necesidad de despedirlo cuando han estado tan bien toda la tarde.

—Ya no eres un niño..—le recuerda en voz baja—Y tampoco haces nada malo fuera de casa así que no veo porque no pueda dejarte.

El rubio sonríe, sintiéndose a gusto.

—Si, pero me pierdo horas con mi novio..

Se inclina, de pronto sintiendo más deseo y provocando que el mayor se le ponga encima, tocando su cuerpo.

—Esa es, cielo.. tu mejor decisión—YoonGi le toma del cuello mientras empuja su cuerpo al suyo, aplastándolo contra el colchón.
Jimin gime bajito, cerrando los ojos ahora que puede tenerlo más cerca que antes, y en este lugar.

—Estoy a gusto con ello, amor.

El sábado se ha puesto unos pantalones oscuros junto a una polera azul, y lleva el cabello rubio revuelto ya que, tras que llegó a casa del amigo de sus amigos, de la mano de YoonGi, le ofrecieron una cerveza y no pudo evitar ponerse a bailar, sintiéndose cómodo pues no solo sabe que lo cuidarán sino que, le están dando la oportunidad de divertirse en esa nueva ciudad.

Además YoonGi a su lado también se pone a bailar, disfrutando las primeras horas juntos en esa velada dónde están sus conocidos y algunos otros que nunca ha visto pero nada importa cuando ve a su mayor reír y bailar, con esa sonrisa preciosa dejando ver sus ensillas y achinando los ojos hasta casi hacerlos desaparecer.

Es que es precioso, nadie lo puede negar.

Y a altas horas de la madrugada, ambos borrachos regresan a la habitación, solo para tener un momento más de placer que solo les invita a querer más.

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