Licuados Monet

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El resto del día ocurre relativamente bien e igual al anterior, con la diferencia de que no ha tenido encuentros desagradables como lo del abuson del cual no sabe si quiera si asistió a clases, y poco le importa ya que los chicos le distraen con cualquier tontería, tomándose muy en serio lo de hacerlo parte de su grupo, quizá porque vieron algo especial en él o porque se llevan bien con todo el mundo, y esto lo pudo notar gracias a que los ve saludar a varios compañeros y chicos de otros salones.

Es peculiar.. no, en realidad son adultos demostrando que son universitarios y no niños para hacer que la estadía escolar sea miserable. Le agradan tanto que si de pronto se ve excluido le dolería, no obstante Jungkook le hace sentir muy a gusto con cada ocurrencia que dice y los demás le ponen al tanto sobre asuntos que no sabe pues apenas les conoce.

Pero él.. casi no han podido hablar, sin embargo lo siente cerca. Sabe que le mira, le sonríe e incluso parece acercarse más a él cada que tiene oportunidad. Participa en su conversación, le escucha, bromea con los demás, y aún así se siente como si le mirara solo a él. Solo que Jimin está tan cegado que no lo logra capar.

—¿Licuados que?—pregunta cuando están por salir del plantel cuando Taehyung le sugiere que se vean más tarde en una cafetería cerca del distrito.

—Licuados Monet, te encantará. Puedes personalizar tu sabor—escucha su explicación y por mera inercia gira hacia Yoongi, buscando no sabe porque, aprobación pero este simplemente le sonríe discreto, insitandole a aceptar.

Finalmente quedan de verse a las cinco y Yoongi una vez más lo lleva hacia su casa, no perdiendo oportunidad a conversar con él pues ahora que están solos es mucho mejor disfrutar su compañía.

—Te recojo media hora antes ¿ok?.—se gira hacia él cuando han llegado a su casa y Jimin asiente como un idiota, intentando controlar que maldita sea , hace dos días le conoce y ya está flechado por él.

—Te veo entonces, hyung, gracias por todo.

Yoongi le sonríe antes de verle bajar y maldita sea, no puede creer que le guste el mocoso nuevo de cabellos rubios, pero lo confirma cuando algunas horas después y tras recogerlo como prometió se encuentran solos en la cafetería pues aunque alega no saber que pasó con sus amigos sabe que estos planearon desde un inicio no llegar para poder dejarles un momento a solas ya que para nadie fue sorpresa que el pálido tenía cierto interés en él.

—Namjoon espera que no te molestes con ellos pero los cables se cruzaron y ya ves, todos fallaron—se explica para que Jimin no piense que son unos groseros pues todos sin falta inventaron excusas para no llegar. Sin embargo al menor no le importa en absoluto pues comprende ingenuamente que son cosas que pueden pasar y además estar una vez más a solas con Yoongi no es una tortura.

—No pasa nada—sonrie dejando notar sus hermosos dientes traslúcidos y se atreve a soltar lo que verdaderamente le importa.—Tú estás aquí.

Yoongi apenas puede contener que ello no le afecta, no dando señal de lo inquietante que es estar a solas con el nuevo mocoso que está demasiado bonito para su gusto y el cual planea de algún modo tener.

—¿Verdad?—sonrie para después explicarle que pedidos puede hacer antes de que el mesero se acerque.

Efectivamente Jimin más tarde comprende que puede personalizar su propio licuado y pide entonces una mezcla de fresas con avellanas y crema batida, haciendo que Yoongi se encoja de placer pues verle emocionado es algo demasiado increíble, sus ojitos brillan y casi desaparecen cuando sonríe, y sus bonitas mejillas se sonrosan casi tanto como el color rosado de su bebida.

—Que emoción, este lugar será mi favorito—lo escucha decir y no se contiene en sonreír.

Es prácticamente su primera cita ahí.

—Sabía que te gustaría. Es uno de los más bonitos de la ciudad pero aún debes conocer todos los demás.

Maldita sea, ¿Por qué le gusta tanto verlo sonreír si apenas le conoce?.

—Me encantaría, es grandioso cambiar de rumbos. ¿Tu has estado aquí siempre?.

Con el correr de los minutos el mayor responde a algunas de sus dudas, contándole que efectivamente es nativo de Seúl pero que vivió dos años en América, para estudiar inglés antes de volver y continuar la universidad, así como también le cuenta otros pequeños detalles que hacen a Jimin verle con atención.

De pronto y en algún momento los roces se vuelven accidentales, es fácil hacerse reír mutuamente al contar alguna tontería y gracias a ello sus manos de vez en vez chocan, así como el pie de alguno golpea al otro debajo de la mesa y sus mejillas se calienten evidentemente inquietas ante el momento, sin perder afortunadamente la tranquilidad, ese coqueteo sutil, y esa atracción evidente que entre ambos nace, hasta que pronto tienen que partir.

Y si, Jimin piensa volver a licuados Monet, solo porque Yoongi aquí le ha hecho sentir  cálido y bienvenido a la vez, sin saber que el otro se sintió igual o más ansioso que él.

***

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Inevitable.©  [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora