Equilibrar la balanza sin dar su brazo a torcer es necesario para convivir en una posible armonía con la señora Park, por lo que Jimin ha vuelto a casa a menos por las noches, quedándose con YoonGi solo quizá dos veces por semana y no abusar de la paciencia de la matriarca, ni la posición en la que Jimin se encuentra como hijo, quien al fin y al cabo vive con ella y debe seguir de alguna manera sus reglas.
YoonGi es tres años mayor que él y está terminando su último año en la universidad mientras Jimin está en su segundo, y comprende que no puede esperar una independencia de su parte cuando es joven y apenas está comenzando su vida adulta. De hecho le parece justo que tenga que seguir algunas reglas, tener deberes y disfrutar de un momento estúpido como el adolescente que está dejando de ser.
Lo ha visto brincar el gran paso de trabajos pequeños como niñero a subir un poco la formalidad y ahora tener un horario vespertino como asistente de odontología en un consultorio médico, carrera que está cursando en la universidad si no se había mencionado, y es de alguna manera agradable saber que aún con su diferencia de edad y los problemas que tienen encima; han prevalecido.
Esperar el juicio sobre el incidente tan aberrante al que fue sometido es agotador, sobre todo porque YoonGi está a nada de terminar su último semestre, trabaja en su tesis, y aún así está yendo algunas horas a la oficina de su padre para colaborar con los deberes ya que después de todo se le está pagando por ello.
La regla precisa para que su agresora saliera bajo fianza fue no acercarse a él bajo ninguna circunstancia, e incluso la expulsaron de la universidad para evitar el contacto pues comprenden es una mujer enferma y peligrosa, pero también estúpida e impulsiva.
YoonGi está llegando del trabajo un martes por la noche, perdiendo la mirada en el móvil cuando se la encuentra en la puerta de su apartamento y las alarmas se le encienden de inmediato ya que aunque no hubo violencia en su agresión: ella planeaba abusarlo y lo hizo de alguna manera al tocarlo sin su consentimiento y ser drogado.
Su primer impulso es por supuesto girarse para evitarla, sin embargo la chica lo llama ansiosa al percatarse de su presencia y no tiene más opción que teclear algo en su móvil y enfrentarla, tan lleno de rabia por lo que le hizo que le cuesta encontrar valor para soportarlo.
—¿Qué crees que haces al presentarte en mi casa después de lo que me hiciste?.
Kany le observa avergonzada, con los ojos llenos de lágrimas y el cabello revuelto, dejando notar el mal estado en que su arresto la ha dejado y como sus actos al ser descubiertos le están arruinando la vida.
—Estoy arrepentida, YoonGi. No quise hacerte daño.
—Pero lo hiciste.
—Es porque estoy enamorada de ti, y creí que..
Niega, buscando paciencia porque apenas sabía de su existencia y ella se ha obsesionado sin fundamentos.
—Me gustan los hombres. Nunca te di motivos que te hicieran pensar que podría corresponderte.
—¿Por qué? ¿Qué tiene Jimin que yo no?. ¡Es un chico asustadizo y tonto!.
YoonGi aprieta la mandíbula porque no desea meter a su amante en esta desagradable conversación.
—No te permito que hables así de él, y te recuerdo que si tuvo miedo fue por tu acoso y la manera en que lo molestaste.
La chica se ríe incrédula.
—¡Es un tonto que llegó a caer de bruces a esta ciudad y necesitó de ti para salvarlo!.
—Vete a la mierda—YoonGi no tiene paciencia para sus estupideces y avanza, pasando por su lado sin darle importancia para entrar a su apartamento, no obstante la chica lo persigue, tomándolo de la chamarra, lo que provoca que se aparte de un sobresaltado, asqueado con su puta presencia.—¡No me toques otra vez. Eres una maldita loca!.
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Inevitable.© [Yoonmin.]
FanfictionDonde Jimin se muda a una nueva ciudad y YoonGi se cruza en su camino ofreciéndole protección y una relación dominada por el deseo, sin embargo también con muchos obstáculos que marcan al más chico como un inevitable error si desea permanecer a su l...