Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
De nuevo vuelta a la rutina. Lunes, primer día de la semana y yo sin ni siquiera haber bebido un solo trago de alcohol sentía la misma resaca que podían sentir mis amigas. Tomé una pastilla tras desayunar un café y una barrita energética y coloqué mi maleta sobre mi hombro, emprendiendo camino hasta la Universidad.
Justo en la puerta me esperaban mis famosas amigas. Me acerqué lentamente a ellas y las saludé con la mano, normalmente no tenían buen despertar tras las fiestas. Pude percatarme de que había una chica nueva junto a nosotros.
—_____ mira, ella es HwanJo, desde ahora va a empezar a juntarse con nosotras también. HwanJo, ella es _____.
La chica me miró de arriba a abajo a sintiendo lentamente.
—Encantada.-—Fue todo lo que alcanzó a decir en ese breve periodo de tiempo hasta que sonó la campaña y nos pusimos en marcha hacia las clases.
No podía dejar de pensar a lo largo de las clases "¿qué tendrá esa chica que la han metido en el grupo tan fácilmente?" Trataba de no darle muchas vueltas o acabaría completamente desquiciada.
El recreo se hacía corto para muchos de ellos pero para mi era una eternidad. Apenas tomaba entre mis manos de nuevo una barrita energética con un zumo cuando las demás ya sacaban sus cajetillas de cigarros con su "sazonador especial" ya preparado. Algo que jamás entendería es el por qué fumaban esa cosa justo en la entrada de la Universidad.
¿Yo? Obviamente yo quería estar en la cafetería como todos, sentada, charlando con mis amigos antes de entrar a un examen importante, pero a veces no todo es posible. Miraba la hora del reloj sin ponerle fin a este receso de una hora sin clases, más tarde tendría de nuevo clases pero por la tarde, algo que no me hacía mucha gracia pero que tuve que aceptar al no haber plazas suficientes.
Pronto volvía a pisar el suelo de la Universidad y me dirigí a la siguiente clase pues algo tenía claro y era que nada ni nadie haría que yo saltara mis clases. Mis padres la pagaron con trabajo para que yo pudiera tener un futuro digno, no iba a defraudarlos a ellos ni a mi misma.
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Despedía con la mano a mis amigas mientras ellas se marchaban de vuelta a casa y yo esperaba a la siguiente clase. Miraba mi reloj ansiosa pues estar sola no era de mis mejores cualidades y me sentía intimidada por todo a mi alrededor.
Veía a un chico a lo lejos acercarse. Claramente pensé que no hacia mí e igualmente me hacía sentir incómoda que viniera en mi dirección y seguramente me mirara. En cambio se paró frente a mi confuso y me miró pidiendo ayuda.
—¡Hola! Yo... Yo soy Huening Kai, bueno en realidad Kamal y Kai y... eso bueno. Acabo de ser transferido desde Hawaii y... No conozco este lugar aún... ¿Por casualidad no conocerá a alguien de la clase B, señorita?
Sonreí enternecida por la timidez, rapidez e inocencia con la que hablaba y asentí varias veces dulcemente para calmar al nervioso extranjero.
—Sí, Huening Kai, soy de la clase B. Ven, tu sígueme, no somos muchos en este turno, estarás cómodo.
