Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Entonces YeonJun se colocó el casco, dándole unos dos golpes y ajustándoselo bien y se subió en la moto, una moto que se me hacía jodidamente familiar. Se acercó hasta el punto de salida y esperó a que llegara la chica de ropa diminuta al centro con un pañuelo. La chica se colocó de frente a ellos y levantó su mano del pañuelo para dejarla caer a los tres segundos.
Las motos salieron con el puño del acelerador ya listo para impulsarse y tomar la delantera. Era una lucha constante ver como la moto de YeonJun, la roja, tomaba las curvas de una manera tan peligrosa, mientras que la moto azul, la del tal BeomGyu, trataba de hacer que se saliera en estas. Yo ni siquiera participaba pero sentía una corriente de adrenalina sólo de oír el sonido de los motores y la rapidez de las motos.
Finalizando la carrera ambas motos iban muy igualadas. Ambas tenían el puño casi siempre tope, pero entonces BeomGyu se echó hacia delante terminando por girar el puño del acelerador y ganó haciendo gritar a todo el mundo de emoción.
YeonJun dio un golpe molesto en el tanque de gasolina y fue frenando lentamente ya que tampoco quería tener un accidente. Cuando logró estabilizar la moto se acercó a TaeHyun y dejó la moto allí para alejarse sin decir nada sacando una cajetilla de tabaco.
BeomGyu se acercó a nosotras e hizo una pequeña reverencia para encandilar a mis amigas. Todas rieron tímidas y le miraron con deseo, estas chicas sabían muy bien lo que querían.
—¡hay que ver, yo que pensé que correr contra el magnánimo ChoiYeonJun me haría sentir el triple de adrenalina de la que he sentido hoy! Que lástima, espero que otro día sea.
Volví a dirigir mi mirada a BeomGyu quien la tenía puesta en cada una de nosotras como si fuéramos un trofeo.
—Ya que yo he ganado y Jun no... ¿Qué os parece si os invito a unos cubatas y luego ya... Lo que surja, mis queridas Musas?
Mis amigas se miraron entre ellas y aceptaron rápidamente el ir con él. Yo me negué y dije que me quedaría en el coche mientras volvían para irnos. BeomGyu pasó su mano por la cintura de dos de mis amigas y las bajó hasta sus nalgas. Ellas sonreían victoriosas mientras que yo las miraba repugnada.
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Me acerqué a nuestro coche y me apoyé sobre el capó de este a esperarlas. Jugaba con un mechón de mi cabello mientras miraba la hora en mi reloj cada diez minutos: 03:27AM... 03:41AM...03:56AM... Parecía que el tiempo no pasaba y eso me alteraba.
Entonces cierto pelirrosa que me veía a lo lejos comenzó a acercarse lentamente mientras que yo trataba de evitar la mirada o pensar que venía hacia mi pero ¿dónde más iría? Todos estaban pendientes de las carreras y no había ninguna de mis amigas cerca así que me sentí desprotegida e incluso asustada por un momento, pero él sólo se colocó a mi lado en silencio mientras mirábamos a la multitud reunida.
Entonces un mensaje llegó a mi teléfono. Era Huening Kai diciéndome que seguía pensando en el delicioso café que nos tomamos y en cuándo repetiríamos próximamente. La idea de volver a repetir me hizo esbozar una pequeña sonrisita timida.
Respondí con una pizca de picardía insinuándole que solo tenía que decirme un día y que ese mismo día iríamos. Su respuesta fue bastante clara: el lunes, tras la universidad. Mordisqueé un poco mi labio nerviosa por fijar fecha para ver de nuevo a solas a aquel inocente chico. YeonJun me miró con una pequeña sonrisa y una ceja alzada.
—Vaya vaya, ¿A quién le sonríes de esa manera mocosa? —Hmmm, sólo es un amigo de la universidad.—Sonreí levemente. —Un amigo o un "amigo".—Hizo más enfasis en un amigo que en otro.
Solté una risa negando mientras guardaba el teléfono y miré hacia la multitud al igual que YeonJun.
—¿Tú no tienes novia, no? —Efectivamente ¿Acaso te intereso?—Soltó una risa mientras bromeando mientras me golpeaba con su codo suavemente. —Definitivamente no, bola de chicle.—Reí tras aquella broma. —Ese mote me ha molestado.—Torció la boca. —¿En serio?—Pregunté mirándole con cierta preocupación. —No.—Rápidamente comenzamos a soltar carcajadas divertidos. —Oye este mundillo no irá nada mal si estás por aquí cada viernes.—Asentí lentamente. —Aclárate, tienes novio o me quieres a mí.
Golpeé su brazo mientras inflaba mis mejillas y negué: retiraba aquella idea de ser un mundillo divertido por él, o quizá no.
