Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Tras aquel inquietante altercado decidí llamar a SooBin con manos aún temblorosas y el teléfono hecho pedazos. SooBin cogió aquella llamada como si se le fuera la vida en ello y comenzó a preguntar alterado dónde estaba, pero claro, ¿cómo le decía dónde estaba?
Opté por decirle que estaba en la puerta del parque donde se encontraban aquellas planadas lo suficientemente alejadas de las carreras. Él no perdió un momento más, colgándome tras darme la señal que de vendría a por mí. Me acerqué a los chicos y pude notar que cierto pelirrojo no estaba. Mi única salvación allí era YeonJun, al que me acerqué sin importar la chica a la que estuviera manoseando.
Al pincipio se giró bruscamente de manera agresiva pero rápidamente se calmó al ver que era yo. Me miró esperando a que hablara pero de mí no salían palabras suficientes. Se dio cuenta de esto de manera astuta y colocó una mano en mi hombro con cierta preocupación.
—______, ¿qué ha pasado? Cuéntamelo. —YeonJun... Me tengo que ir, debo irme, de verdad, debo irme. —Hey, no vas a ninguna parte hasta que no me digas qué ha pasado.—Tomó mi muñeca para evitar que me fuera.
Rápidamente me solté y le señalé al conductor de blanco, logrando salir corriendo en cuanto desvió su mirada hasta él, dirigiéndose hacia el mismo con pisadas seguras. Yo me giré tomando el camino más rápido para llegar a aquel lugar donde había quedado con el peliazul para vernos y es que necesitaba un lugar donde sentirme segura, y más que nunca, la vívida imagen de TaeHyun fue la que se vino a mi cabeza en aquel momento de desesperación.
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YeonJunn's POV:
Me acerqué hacia el chico que ______ me había señalado, dándole un empujón que logró apartarlo unos centimetros de su sitio. Una complexión demasiado débil para estar aquí. Le miré fijamente.
—Tú, hijo de puta, ¿qué le has hecho?—Pregunté con furia al ver que ni se dignaba a levantarse el cristal del casco.
No obtuve respuesta por lo que volví a empujarle contra su propia moto esta vez, dejándolo de alguna manera acorralado. Lo señalé con un dedo y con mi otra mano levanté aquel misterioso cristal que separaba ambas visiones. Me topé con los asustados ojos de un niño que me miraban casi con súplica y confusión.
—¿Qué haces aquí? ¿Quién eres? No te he visto antes, identifícate.
El niño negó, por lo que lo tomé del borde del mono de carreras, pegándolo a mí sin apartar la vista ni un solo momento de él. Él tomó mis manos intentando apartarlas de su ropa. Miraba a todas partes como buscando ayuda pero fue en vano.
—Quítate el casco o yo mismo voy a descubrir quien eres machacándote el cráneo.
Rápidamente el chico llevó sus manos al casco, desabrochando este y apartándolo, dejándome ver eventualmente a un niño de no más de 20 años. Le miré confundido mientras que él, casi como un cachorro indefenso, temblaba.
—Yo... no sé que pasa, yo solo... soy nuevo aquí. —Ya te veo, ya. —Solté el cuello de su ropa y le seguí cuestionando.— ¿Qué has hecho con una chica que estaba aquí? —¿Con una chica? yo... solo he visto una chica, es amiga de un amigo y...
Miré a ambos lados vigilando que nadie estuviera escuchando a hurtadillas nuestra conversación y entonces hablé más bajo.
—¿Conoces a _____?
El chico me miró con gran sorpresa y comenzó a asentir rápidamente, no era la amiga de su amigo, sino su propia amiga, esto ya comenzaba a ser un juego de niños. Suspiré negando mientras arreglaba mi cabello con mis manos y jugaba con mis snakes ¿qué iba a hacer con estos críos?
—¿Estás aquí por ella? ¿Qué le has hecho? —La he protegido, estoy aquí por eso. —¿Para protegerla? para eso ya estamos nosotros. —Quiero hacerlo por mí mismo, quiero asegurarme de que ella está bien, TaeHyun me ha ayudado. —¿Conoces a TaeHyun?—Abrí mi boca con gran asombro y él asintió. —Hablé con él en el hospital, cuando fui a recoger a ______.
Entonces todas las piezas del puzzle me encajaron. Solté una palmada logrando poner todo en orden y asintendo al reconocerle al fin.
—Vale joder, ya sé quien eres. ¿Sabes qué le ha pasado? Se ha ido alterada hacia la salida. —Le miré fijamente. —Un hombre ha intentato tocarla inapropiadamente, pero no pudo ya que me entrometí.
Solté una risita sin llegar a creerle por su débil complexión y por ende apreté su biceps, haciéndole quejarse un poco ante aquello.
—Si vas a quedarte aquí, déjame instruirte y enseñarte lo básico para que puedas protegerte a ti mismo y a ______, y créeme, comenzaremos por sacar a flote esa musculatura.
