Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Había pasado un mes aproximadamente desde que decidí ahorrar para sacar a _____ de aquel lugar. Había logrado conseguir una gran cantidad de dinero con trabajos extra y la ayuda de Bahiyyih y era momento de poner todo el plan en marcha.
Metí el dinero en mi mochila, en distintos sacos con cada nombre y fui a la universidad, acercándome a la conserje para pedirle que me abriera la taquilla puesto que había olvidado la llave y cualquier fácil excusa que me inventé. Logré abrirla, así fue, y coloqué los sacos de dinero con disimulo mientras vigilaba que ella no viniera por ningún lado. Dejé una nota escrita entre los sacos:
"______, este viernes procura que TaeHyun, YeonJun y BeomGyu tengan al menos un vehículo, van a pasar cosas así que deben estar atentos para huir en cualquier momento."
Tras ello, cerré la taquilla y me dirigí con rapidez a clase. Ya quedaba menos para conseguirlo, únicamente tenía que ir a avisar a la policía sobre aquellas carreras donde más de uno saldría mal parado, pero no me importaba, yo solo quería salvarla a ella. Hablando o más bien, pensando en ella, justo apareció por la puerta, saludándome de manera radiante como siempre hacía. Preguntaba algo sobre la clase y siempre se disponía a mirar cosas en su teléfono distraída.
Aquello en realidad se había vuelto una rutina de mañana, pero me encantaba.
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Tras salir de la universidad tomé rumbo a la comisaría de policía con algo de nerviosismo por saber el tipo de preguntas que harían y si yo mismo me vería involucrado o sospechoso. Abrí las puertas de aquel lugar y la recepcionista me miró expectante.
—¿En qué podemos ayudarle, señorito? —Mire, quería informarles de un problema que lleva pasando meses, y como persona que vive en sus cercanías me siento en la obligación de detener por los innumerables peligros que conlleva.
La señora pareció satisfecha con mi interacción y comenzó a preguntar de qué trataba aquello que perturbaba mi tranquilidad. Comencé a explicar de manera dramática lo que ocurría allí dentro, aunque no era tan dramática, era la verdadera realidad: intentaron llevarse a una amiga y a mi hermana, la droga por allí era usual, consumida por la mayoría, las carreras eran ilegales eventualmente y muchas de estas carreras llevaban a peleas y a persecuciones peligrosas por las calles. La señora apuntaba las cosas mientras me miraba con asombro y tras imprimir un papel, lo dobló en varios esbozos y lo selló con "urgente". Me agradeció la labor como buen ciudadano y tras aquella pequeña charla finalmente pude retirarme a casa.
No sabía si hacía bien, mal, si perjudicaba a alguien cercano o no, simplemente estaba cegado por hacer justicia en aquellas malas costumbres y acabar con aquello. Al llegar a casa me senté en el sillón agotado. Escuché unos pasitos apresurados bajar por la escalera y supe que era ella para saber qué me habían dicho y qué harían. Le expliqué sin darle muchos rodeos al tema, además por su rostro de confusión se veía que entendía más bien poco. Tras ello, procedí a abrir mis brazos a la pequeña Bahiyyih y la abracé con angustia en mi cuerpo, aquello era vida o muerte, quizá no literal, pero corríamos un gran peligro si no lográbamos escapar correctamente.
—Todo va a estar bien, deja de pensarlo. Ella va a estar bien, tú vas a ir a por ella justo cuando oigas las sirenas de la policía y sabes dónde ir para evadirlos. —Eso lo sé, pero... ¿Y los amigos de ____? ¿Y si ellos no escapan a tiempo? —No es tu problema, Kai. —Por supuesto que lo es.—Protesté yo, algo sensible.— Ellos han estado protegiéndonos a mí y a _____ todo este tiempo... ¿Cómo puedo simplemente dejarles correr ese riesgo?
Bahiyyih pensó por unos momentos y zarandeó mi hombro en señal de que tenía una idea y se puso de rodillas en el sofá.
—¿Por qué no les hablas y los llevas donde vas tú? —Entonces sería arriegado para _____ y para mí. —Mmmmm ¿y si... Los mandas a otro destino seguro y luego os reunís?
Aquella idea no era del todo mala, sólo hacía falta pulirla, es decir, buscar ese lugar seguro para ellos. Asentí dándole la razón a aquello último: Buscaría un lugar seguro y hablaría con cada uno de ellos para que tuvieran la misma precaución que yo.
