Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Había aprendido la lección de aquello, definitivamente. YeonJun no se iba a dejar manipular o vencer tan fácilmente y era un hecho. Al llegar a casa no dudé en ponerme un poco de hielo donde me había golpeado y Hiyyih no tardó en aparecer por la puerta a pesar de la hora para quedarse viéndome con cara de sorpresa.
—¿Se puede saber dónde estabas y por qué te pones un hielo en la cara? —Por amor al arte, Bahiyyih, por amor al arte. — Rodé mis ojos sarcástico mientras me acercaba a sentarme en el sillón.
Ella se sentó a mi lado queriendo apartar el hielo con curiosidad a lo que yo respondí dándole un manotazo en la mano por curiosa. Abrió su boca indignada y devolvió aquel golpe en mi muslo, haciendo que picara incluso más.
—Por el amor de Dios, Bahiyyih, déjame, por favor.
Ella no dijo una palabra más y se levantó para irse a su habitación. En cuanto oí su puerta cerrarse me dirigí hasta la bolsa de billetes que había logrado aquella noche y decidí que la mejor idea era dárselo a ______ para que se lo diera a YeonJun lo antes posible pero ¿cómo iba a hacer eso sin que ella supiera que yo era ese motorista blanco que corrió junto a él? Elucubré por horas sobre aquello hasta llegar a la conclusión de que la solución más fácil era dejar el dinero en la taquilla de _____ para que ella lo cogiera y se lo llevara al pelirrosa.
Tomé una bolsa de tela más disimulada y comencé a meter los fajos de manera desenfrenada para después tomar unos post it cualquiera, coincidiendo ser unos de leones de Hiyyih y escribí tratando de cambiar mi letra una pequeña nota en la que le pedía que se disculpara con el pelirrosa por mi parte y que le devolviera aquel dinero claramente sin decir que era yo. Mi corazón se quedó en paz al saber que había saldado deudas con aquel peligroso motorista y lo más importante, que ______ no tendría una mala imagen de ese misterioso motorista de blanco que corre cada viernes.
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_____'s POV:
En cuanto el lunes llegó nuevamente, de manera perezosa me preparé para ir a la universidad, donde volvería a ver a Huening Kai sin saber exactamente qué quería de él o qué quería él de mí. Al salir de casa él no estaba allí y eso me dejó completamente confusa, si sólo no quería venir conmigo a clase debía decírmelo.
Me dispuse a comenzar el camino a casa cuando escuché una aguda voz llamarme. Me giré rápidamente y me encontré con una molesta Bahiyyih acercándose hacia mí. La miré confusa y ella se agarró a mi brazo.
—¿Tú sabes qué le ha pasado a Huening Kai? —¿Eh?¿Cómo que qué le ha pasado? —¡Sí, ya sabes! Está extraño... El viernes vino a casa tardísimo con un golpe en la mejilla. Me da miedo que esté metido en pandillas o algo así. —¿En pandillas? No lo creo, no... ¿Que llegó golpeado, dices?
Ella asintió frenéticamente. Yo ladeé la cabeza puesto que la última vez que lo había visto fue la noche del viernes también, justo antes de que yo me fuera con Yeonjun. Era muy cierto que Huening Kai estaba actuando extraño últimamente, era algo innegable, pero no sabía cómo justificar esos golpes. ¿Se los daría su novia? ¿Fue un accidente? Trataba de buscarle el quid a la cuestión pero me fue imposible.
—Honestamente no lo sé, Hiyyih. Estos últimos días Kai ha estado más lejano a mí y no sé mucho sobre qué está haciendo fuera de la universidad.
La chica se frustró soltando mi brazo y llevó las manos a sus caderas, con rostro de consternación miraba al suelo, realmente ya no sabía si estaba angustiada por Huening Kai o si de verdad le asustaba que su hermano saliera con la gente que no debía.
—Te prometo que si me entero de algo te lo contaré. No te preocupes, ¿Vale? Él va a estar bien.
Ella asintió no muy segura y yo acaricié su cabello para despedirme de ella.
—Tengo que ir a la universidad ahora, si quieres venir más tarde a casa eres bienvenida, solo tienes que venir y llamar y la puerta estará más que abierta para ti.
Ella asintió dejando escapar una pequeña sonrisa mucho más tranquila.
