Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
El viernes había llegado y tras un largo baño relajante por aquella pesada semana, salí de la bañera para vestirme y prepararme para ir a casa de Myeong. Realmente no sabía siquiera qué uñas hacerme, no estaba muy en mí el pintarmelas de colores o ponerlas postizas, iba a ser mi primera vez.
Me puse ropa cómoda para ir ya que no sentía la gran necesidad de arreglarme para ir de una casa a otra y entonces tomé mi bolso con mis llaves y poco más y salí en dirección hacia donde él me había indicado. Por supuesto dijo que reconocería rápidamente la casa ya que cogía de esquina y las cortinas de su habitación eran amarillas mientras que las de su hermano eran moradas así que ese contraste llamaría mi atención y así fue.
Me acerqué a llamar al timbre y unos pasitos se escucharon, abriéndome un chico de cabello largo, que supuse que era su hermano, abrazando un peluche de Winnie the Pooh. Sonreí con ternura y le saludé con la mano mientras que él seguía mirándome expectante.
—Am... Hola, soy una amiga de DongMyeong...¿Está en casa?
Un pequeño quejido se escuchó desde dentro y DongMyeong se acercó hasta nosotros, dándole un suave golpe a su hermano en el brazo.
—¡Te dije que mi amiga vendría, déjala pasar DonJu!
El tal DonJu alzó su mano como si fuera a pegarle pero DongMyeong le imitó y ambos acabaron riendo, dándome paso al interior de su casa. Definitivamente, no solo sus comportamientos, sino también su físico corroboraba que eran hermanos sin dudarlo.
DongMyeong ya había preparado todo sobre la mesa esperando a que yo le dijera en qué había pensado pero se quedó de piedra cuando se enteró de que no había preparado nada. Miró las pinturas por un momento y eligió varios colores.
—Cogeré estos, vamos a ver qué sale.
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DongMyeong optó por un color morado lavanda para la base y a partir de eso comenzó a detallarlas con blanco. DonJu estaba en el sillón mirándonos con curiosidad mientras oscilaba sus piernas. Le dediqué una pequeña sonrisa y él la devolvió de manera tímida escondiéndose.
—¿Qué pasa DonJunnie, ______ es linda?
Solté una risita divertida por aquel comentario mientras Myeong se giraba a ver a DonJu con una pequeña sonrisa. Tras eso me miró a mi levantando la ceja al ver la ternura con la que miraba a su hermano y carraspeó.
—Ven aquí, Dongdongie, siéntate.
DonJu se levantó hasta sentarse junto a DongMyeong y miró como me pintaba mis uñas. Se apoyó en el hombro de su gemelo y le miró con ojitos de cordero buscando algo de entretenimiento en molestar a su hermano.
—¿Te aburres?— Preguntó Myeong.
DonJu asintió esbozando un puchero a lo que el mayor de los hermanos le señaló la televisión con la cabeza.
—¿Por qué no te pones a ver una película en lo que yo termino? —¡Es que ya las he visto todas! —Pon alguna que pueda gustarle a _____. ¿Cuál quieres ver? —Mmmm... —Miré disimuladamente la funda del teléfono de DonJu sonriendo al saber cuál escoger. — Toy Story.
DonJu abrió los ojos exageradamente al escucharme y corrió hasta el mando de la televisión para encenderla. Me miró para ver si estaba pendiente de lo que hacía y entonces la puso dejando escapar un bailecito de la victoria para acto seguido volver a la mesa donde estábamos, sentándose a mi lado.
—Creo que con eso ya te has ganado la confianza de DonJu.— Dijo DongMyeong dejando escapar una pequeña risita.
DonJu lo mandó callar a lo que DongMyeong respondió con una mueca mientras terminaba de pintarme las uñas. No tardó más de media hora en hacerlo por lo que en cuanto terminé de secar mis uñas bajó la máquina las miré con una extraña sensación, pues nunca las había tenido así de largas pero siempre había una primera vez.
—¿Están bien así?—Preguntó mientras recogía la mayoría de los materiales que había sacado. —Están perfectas, Myeong. Muchísimas gracias.—Sonreí para luego dedicarle una mirada de agradecimiento.
Me levanté de mi lugar a la vez que DongMyeong y la mirada de DonJu se dirigió hacia mí, mirándome al igual que a su hermano con ojitos de cordero.
—¿Ya se va? —Claro Dongie, tiene una fiesta a la que ir. —Pero, ¿volverá?
DongMyeong me miró entonces a mí, y entonces yo me encargué de asentir con una gran y sincera sonrisa para calmar su hermano.
—Por supuesto que volveré, no te preocupes que veremos Toy Story las veces que hagan falta.
Esa respuesta pareció calmar la angustia del chico, que se fue a sentarse al sillón entre pequeños saltitos. Solté una pequeña risita enternecida mientras caminaba a la puerta acompañada de DongMyeong, que la abrió por mí de manera caballerosa.
—Ahora ya sabes, ve a casa de Kai después de arreglarte y quizá así quiera hablar las cosas con más decencia, no va a poder quitarte el ojo de encima.
Golpeé su pecho entre risas mientras negaba y agarré mi bolsa con más fuerza para que no se resbalara por el hombro y suspiré.
—Honestamente, iré a casa, me prepararé y me iré a la fiesta. Si no me ha hablado aún para nada... Por algo será.
Myeong hizo una mueca odiando tener que darme la razón en ese momento y repeinó su flequillo que comenzaba a molestar en su rostro.
—Pues pásalo de maravilla y olvídalo. Quien quiere estar al final lo demuestra.
