Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Bahiyyih me esperaba tras la puerta entre pequeños brincos de emoción. Me pedía explicación absolutamente de todo lo que había ocurrido aquella noche y por supuesto no tuve más remedio que contárselo. Ella me escuchaba mientras abrazaba un cojín y se balanceaba de lado a lado, poniendo toda la atención del mundo a mis gesticulaciones y palabras. Entonces me interrumpió, logrando convertirme en un tomate con unas simples palabras.
—¿Cuándo le vas a pedir que sea tu novia? Creo que podría llevarse muy bien con Lea también.
Entonces no supe qué responder. Obviamente había fantaseado con que ese momento llegara en algún momento, pero a la hora de la verdad jamás había pensado como darle pie a aquello. No sabía cómo hacerlo, cuándo, dónde, no sabía qué hacer y miré a mi hermana con ojos suplicantes por ayuda.
—Hiyyih, yo... No sé cómo hacer esto. Quiero decir, no... No sé nada.
Sentí que Bahiyyih se molestó por aquello, pero no por el hecho de haberle pedido ayuda, sino porque esas cosas deberían salir de mí mismo, no debería ayudarme a planear siempre cualqueir acercamiento que tuviera a ______, y en eso tenía toda la razón del mundo. Al verme bajar la cabeza como un niño al que acaban de reñir, rodó sus ojos negando levemente.
—¿Y si hacéis ese picnic que tenéis pendiente?
Y entonces una bombilla se encendió sobre mi cabeza. Era cierto que aún no habíamos tenido aquella cita que yo le había prometido, bueno, cita... Carraspeé dándole la completa razón a Hiyyih pero no tardé en reprimirla de igual manera por estar despierta a esas horas de la madrugada. Ella me sacó su dedo del medio y subió hasta su habitación llevándose con ella el cojín del sillón. Reí entre suspiros y movimientos de negación con la cabeza, la niña no tenía remedio.
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A la mañana siguiente, casi al mediodía, encontré a Bahiyyih en la cocina bailando y correteando de un lado a otro mientras parecía meter cosas en una mochila. Me acerqué confuso aún estando recién despierto y miré lo que la mochila contenía.
—¿Qué es esto, Hiyyih? —¿No es obvio? Tú mochila para irte de picnic.
Mis ojos se abrieron como platos, ¿Cómo que pretendía que tuvieran ya mismo la cita? Aún tenía que ducharme, prepararme, llamar a la chica... Había muchos factores y algunos ni siquiera dependían de mí. Hiyyih se acercó hasta mí y me tomó por ambas orejas con agresividad.
—Mueve tu culo y sube ahí arriba a ducharte. Mientras te prepararé una ropa preciosa para que todo salga bien.
Cuando decía ropa preciosa... En realidad no me fiaba mucho de ella. Me empujó escaleras arriba mientras que yo trataba de reaccionar y oponerme pero sería complicado con mi hermana a empujones y con planes por adelantado. Literalmente me encerró en el baño y soltó una carcajada malvada.
—Dúchate, Kamal. A las chicas no nos gustan los apestosos.
Fui a replicarle mientras olía mi ropa en busca de tufo, pero efectivamente lo había dicho únicamente para molestarme. Bufé entrando a la ducha y tomando un breve baño, lo suficiente para estar limpio y espabilarme. Al salir del baño la ropa estaba planchada contra la cama, para mi sorpresa una ropa muy cómoda para ir a un parque pero... Que se mancharía de césped fácilmente. Rodé mis ojos sabiendo que Hiyyih no cambiaría de parecer y coloqué aquella sudadera blanca que iba a juego con unos decorados pantalones blancos también. Me miré al espejo y no lucía para nada mal, es más, me recordaba lo que fui por unos meses; el ángel de la carretera. Bajé acomodando mi capucha para que no hiciera un bulto feo. Entonces logré captar a Bahiyyih con la mochila sobre sus manos, tendiéndola en mi dirección para que la tomara. La colgué en uno de mis hombros y la miré con una pequeña sonrisa nerviosa, no tenía remedio.
—Ahora, tú, te acercas y llamas. Si está lista, salís, sino, esperas. Luego os vais al mismo parque pero lejos, a un sitio bonito y ponéis la mantita. Os sentáis, coméis y PUM vuelves a casa comprometido.
No podía creer que lo viera tan fácil y que hubiera saltado directamente al matrimonio. Reía entre movimientos de cabeza y trataba de picar su costilla para molestarla.
—Ya se verá lo que hacemos, Bahiyyih, no hay que presionar nada. —No, no, si yo no lo hago, pero capaz se va con otro.
Le miré alzando ambas cejas y dejé un chorlito en la frente de la más pequeña, que dejó escapar un grito a modo de quejido mientras se sobaba la frente por el golpe.
—Despacio, dije. Quiero hacer las cosas bien con ella.
Salí de la casa despidiéndome de Bahiyih con la mano. Me acerqué hasta la puerta de _____ y tomé aire para llamar. A los segundos una desúbicada ______ abrió la puerta, abriendo a la vez su boca ante aquella sorpresa.
—Vayamos al parque, te debo un picninc.
Ella no tuvo tiempo a dejar escapar ni una sola palabra más y se hizo a un lado para que pasara. Dirigí una última mirada a mi casa sabiendo que Bahiyyih estaría asomada y sonriéndole travieso a mi hermana, entré.
