Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Nos volvimos a acercar a la parrilla de salida. Esta vez había más motos. Pude localizar la de BeomGyu y a su lado la de YeonJun y fijé mi vista allí.
Volvió a aparecer otra chica de poca ropa hasta colocarse en medio con un pañuelo en su mano y levantó esta más arriba de la altura de su cabeza y luego la dejó caer. Las motos la rodeaban y pasaban para dar comienzo a la carrera. Esta vez BeomGyu y YeonJun se separaron para no perjudicarse el uno al otro.
La carrera continuaba y parecía ser muy peligrosa para YeonJun y para BeomGyu pues todas las motos trataban de echarlos a ellos dos solamente. Podía ver perfectamente la frustración de YeonJun cada vez que trataban de pisar la rueda de BeomGyu con la moto. YeonJun tomó una gran ventaja, subiendo unos podios más pero BeomGyu, tratando de alcanzar un podio alto, sintió su moto temblar y eso no era buena señal porque esta se desequilibró mandando a BeomGyu un par de metros más allá de donde su moto. Todos se quedaron en un silencio pulcro. Las chicas gritaban que tenían que socorrerle y yo tapé mi boca al verlo allí tirado.
YeonJun fue el primero en dar la vuelta en la carrera, esta vez le daba igual ganarla o perderla, su mejor amigo estaba allí tirado en el suelo. Bajó de la moto de un salto y apartó su casco dejándolo su un lado. BeomGyu lloraba de dolor y no se movía ni un músculo.
—Gyu, soy yo, Jun. ¿Qué te pasa? Ven... Ayúdame... Gírate en una, dos, y...
Tomó a BeomGyu con delicadeza y le ayudó a colocarse boca arriba. YeonJun desabrochó el casco de BeomGyu y se lo quitó despacio por si llegaba a ser algo cervical. Podía ver como BeomGyu tomaba aire pesadamente y miraba a YeonJun con miedo en sus ojos. Jun le acarició el pelo lentamente.
—tranquilo, vas a estar bien, ¿vale? Vas a estar bien... Vamos a llevarte al hospital pero debes poner de tu parte... Coloca tus brazos en mi cuello, voy a alzarte.
BeomGyu con mucho dolor rodeó el cuello de YeonJun y este lo cogió en brazos estilo princesa. Fue lo más rápido que pudo hasta la parrilla, donde más gente había. Se acercó a TaeHyun, le dijo algo y este asintió corriendo a por las motos de BeomGyu y YeonJun. Jun sin embargo se acercó a nosotras.
—necesito vuestra ayuda... Por favor...
Pude ver en sus ojos la súplica y mis amigas temblando asintieron. Fui la primera en poner pie en pared y nos organicé en dos coches.
—SeoHee, YeonJun,BeomGyu y yo en un coche. Vosotras id luego con TaeHyun.
Todas asintieron y me dieron las llaves del coche, pues yo era la menos borracha allí y la que menos temblaba. Le abrí la puerta a YeonJun para que pudiera meter a BeomGyu y pasar. SeoHee se sentó a mi lado en el lugar de copiloto y yo arranqué a toda velocidad. Iba dentro de mis límites pero con algo de prisa, no iba a mentir, y era algo obvio.
YeonJun lo llevó corriendo a urgencias y le explicó que había sido un accidente de moto. Las enfermeras se lo llevaron corriendo al ver lo escandalosa que era la sangre en la ropa de YeonJun y este se quedó frustrado por su amigo sin poder hacer nada mientras que nosotras esperábamos fuera a que llegaran los demás.
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Una vez que llegaron preguntaron por YeonJun pero ninguno sabíamos donde estaba. BeomGyu para entonces ya estaba en planta, estaba estable. Dos costillas rotas, tobillo fracturado, líquido en la rodilla y un hombro dislocado además de todas las pequeñas heridas pero su cuello y espalda estaban intactos, y eso era un alivio.
Fue mucha información y me sobrepasé así que lo único a lo que atiné fue a enviarle un mensaje a Huening Kai para saber si estaba despierto y para mi gran suerte y sorpresa lo estaba. Le pregunté si estaba libre en ese momento o si podía hablar conmigo, él rápidamente comenzó a sospechar que me encontraba mal por lo que directamente decidió llamarme.
—_____, ¿estás bien? ¿dónde estás? ¿necesitas ayuda? —Kai, yo... estoy muy nerviosa... es que... —Escúchame, ¿dónde estás? voy a por ti.
Mi corazón se calmó al escuchar sus palabras y tomé aire tratando de calmar de igual manera mi respiración.
—Estoy en el hospital, tranquilo, yo estoy bien- —Nos vemos en un rato.
No me dio tiempo a acabar la frase o a volver a responderle cuando ya me había colgado.
