17.

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La miré atentamente buscando adivinar a qué quería referirse, entendiéndola en el instante en el que sonrió de manera coqueta, haciendo que mi corazón se acelerara de nerviosismo sin saber por qué.

¿De qué conoces a Hyuka? ¿De la universidad?
—Así es, compartimos algunas clases.
—Entiendo, entiendo... ¿Y por qué fuiste a buscarle a estas horas?
—Preguntó directa al grano.
Pues... yo estuve esta mañana con él y fuimos a comer y después de eso...
—Espera espera. ¿Te invitó a comer?
—Me interrumpió a lo que yo asentí.
Bueno... tras eso volvimos a casa y le pregunté si había llegado a casa.
—¿Para qué le preguntas si está a dos casas más a la derecha?


Mi rostro se volvió a encender porque la niña tenía razón, no había motivo para preguntarle estando a menos de un minuto. La chica sonrió victoriosa mientras daba otro mordisco al sándwich.

Pues... En realidad no sé por qué, pero ese no es el caso... No respondió en toda la tarde, tampoco en toda la noche, ni a mí, ni a ti, ni a nuestro amigo SooBin...
—¿Crees que puede haberle pasado algo?
—Me miró fijamente con algo más de temor en sus ojos.

Negué para calmarla pero a decir verdad yo estaba igual que alterada que ella por saber donde estaba Huening Kai. La niña suspiró con cansancio y yo acaricié sus rodillas para tranquilizarla. Ella sonrió un poco más confiada y dejó el plato en la mesita de noche.

—No estás mal.—Asintió dejando escapar una risita traviesa a lo que yo la miré confusa.
—¿Mal para qué?—Reí sin entenderla y pestañeé varias veces.
Para Huening Kai, no estás mal para él. 

Dicho aquello se tendió regocijándose en la comodidad de la cama mientras que mi rostro se prendía de nuevo y mi corazón latía con una fuerza tan estrepitante que hizo que sintiera calor. Me tendí dándole la espalda a la cama y escondí mi rostro en la almohada.

A la mañana siguiente fui la primera en despertar y nuevamente revisé mi teléfono aún sin encontrar rastro de aquel chico

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A la mañana siguiente fui la primera en despertar y nuevamente revisé mi teléfono aún sin encontrar rastro de aquel chico. Mi corazón se encogió de preocupación al ver aquello y giré mi rostro para ver a Bahiyyih, durmiendo con tranquilidad.

No quería alterarla desde tan temprano, quería dejarla descansar, por lo que me levanté de aquella cama improvisada crujiendo mis huesos uno a uno a medida que me incorporaba y me levantaba... Nota mental, comprar un colchón para invitados. 

Bajé a la cocina comenzando a preparar un desayuno para que ambas empezaramos de buena manera el día y lo más básico que se me ocurrió hacer fueron tortitas. Traté de darles una forma divertida con orejitas pero acabaron siendo un fracaso y teniendo una forma bastante extraña. Pronto unos pequeños pasitos resonaron en las escaleras mientras que una somnolienta Bahiyyih asomaba, acercándose hasta mí, apoyando su rostro contra mi hombro para ver lo que hacía sin espetar ni una sola palabra.

Buenos días, Bahiyyih. Vamos a desayunar y vamos a vestirnos para buscar a Huening Kai, ¿vale?

Ella asintió no muy segura y tomó asiento en la mesa del comedor, revisando su teléfono y atendiendo una llamada la cual supuse que sería de su madre. Mientras, yo emplataba todo y tomaba los siropes para las tortitas, llevándolo todo a la mesa y tomando mi lugar frente al sitio donde ella se había sentado.

Al momento de poner las cosas en la mesa ella colgó y me agradeció por el desayuno, a lo que yo le resté importancia agitando mi mano, aparté una tortita para cada una y comenzamos a comerlas de manera lenta y sabrosa, jamás en mi vida me volverían a salir unas tortitas decentes, estaba claro que había sido la tensión del invitado.

Mi madre tampoco ha podido contactar con Huening Kai.—Habló tras tragar, a lo que yo la miré preocupada.
¿Tampoco? A mí ni siquiera me ha respondido aún...
—Ni a mí.
—Negó entre suspiros.— Volvamos a ir a su casa ahora, quizá... volvío apenas hace unas horas y se durmió.

Asentí tratando de pensar de la misma manera que la más pequeña y en un silencio lleno de una incomodidad cómoda, terminamos de tomar el desayuno para luego ir cada una por un lado: yo fui a lavar los trastos a la cocina mientras ella tomaba un baño y se vestía.

Mi cabeza se encontraba en otro lugar del mundo, tanto que ni siquiera me di cuenta de que YeonJun me había llamado varias veces al teléfono, haciéndome secarme las manos rápidamente para tomarlo.

¿Sí? ¿YeonJun? 
—_______, gracias a Dios. ¿Estás bien?
—Sí... lo estoy, llegué bien a casa Jun, vino un amigo a por mí.
—¿Huening Kai?


Un retortijón en mi estómago se hizo presente, a lo que entre suspiros negué para mí misma gestualmente.

No, no fue él.
—Mmmm, entiendo. Lo importante es que estás a salvo. Cuídate, nos veremos este viernes.

Y colgó de manera sospechosa sin darme tiempo a responder nada más tras aquello.



Mystery Lover.-Huening Kai y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora