Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Aquel mismo viernes me había reunido con TaeHyun el primero para explicarle aquella situación. TaeHyun me miraba expectante, quería explicaciones de porqué necesitaba hablar con él pero yo no reunía el valor suficiente para hacerlo de sopetón.
—TaeHyun, debo confesar que he hecho algo muy malo y que necesito que confiéis en mí.—El rostro del pelirrojo palideció mientras yo hablaba.— He contactado con la policía para que intervengan en una redada hoy mismo. Necesito que tengas el coche lo más cerca que puedas del parque y que mantengas alerta a BeomGyu para montarse contigo ya que no puede conducir. —¡¿Que has hecho qué?! ¡Huening Kai el sueldo de muchos depende de esto!—Dijo con gran molestia.—¡Tengo un niño que alimentar! —Eso está cubierto, por favor confía en lo que voy a hacer. ______ va a llegar con unos sacos de dinero para cada uno. Contienen suficiente dinero que he estado ahorrando todo este mes para vosotros. Quiero que cuando la policía llegue, sigáis mi moto, no importan los mil caminos que os sepáis, seguidme a mí.
TaeHyun ladeó la cabeza no muy seguro y acabó por asentir, chasqueando la lengua con molestia. Seguiría mi plan y avisaría a BeomGyu y a algún otro chico de la misma situación. Me había quitado un peso de encima, ya sólo faltaba el pez gordo: Choi YeonJun.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adentrándome en las planadas en busca de aquella chillona cabecera me topé con cierta chica de frente que se veía igual de perdida que yo, con una maleta en su espalda, que parecía buscar lo mismo que yo. Ahora mi corazón sí que había comenzado a latir con más fuerza, no sabía cuando llegaría la policía pero ella ya estaba allí. Se quedó estática al verme y una pequeña sonrisa iluminó su rostro, acercándose a mí.
—Que alegría verte de nuevo. ¿Hoy competirás? —Me dediqué a asentir mientras sonreía bajo esa visera polarizada.— ¡Qué bien! Me gusta ver cuando compites con YeonJun, es divertido.
Pobre de ella, ni siquiera sabía el pedazo de golpe que me había llevado por su parte esa vez que logré ganarle en una carrera. Tras eso se giró, localizando a mi objetivo igual y lo señaló.
—Voy a ver a YeonJun, necesito darle y enseñarle algo urgente. ¡Nos vemos luego!
Y ella desapareció entre el cúmulo de gente, perfecto, ahora debía buscar un momento en el que hablar con aquel pelirrosa. Les miraba fijamente desde la lejanía y el rosto de YeonJun logró denotarlo todo mientras tomaba aquel papel con incredulidad. Miraba alrededor buscando algo sospechoso alrededor hasta que se topó con mi mirada y con la cabeza me indicó que nos alejáramos, dejando a ______ más que confundida.
Sus pasos eran firmes y tórridos, estaba claro que estaba ardiente de furia, se sentía completamente traicionado, iba a perder lo único que lograba pagar sus dificultades.
—¡¿De qué cojones vas?! Te damos protección y te infiltramos aquí y tú simplemente nos traicionas, ¿de qué debemos huir sino? Eres un jodido egoísta.—Me empujó con fuerza los hombros.— —¿No has visto la bolsa? —¿Qué bolsa?—Volvió a empujarme, a lo que yo respondí con un golpe en sus brazos.— —La de dinero que preparé para vosotros.
YeonJun se quedó quieto y en blanco. ¿En qué momento me había dado a aquello? Negó sin creer lo que le decía y volvió a acercarse peligrosamente, pero no debía tener miedo, al contrario, debía ser firme para sacarlos de allí sanos y salvos a todos.
—Hoy va a haber una redada. YeonJun, en cuanto escuches las sirenas sigue mi moto. No lo dudes en ningún segundo. Os voy a llevar a un lugar seguro, pero necesito que confíes en mí. —Eres tú quien nos traicionas y pides que confiemos en ti. —Porque no lo hago con maldad para dañar a nadie, sabes que lo hago por protegerla a ella. Esto ha llegado muy lejos. Casi secuestan a mi hermana en apenas diez minutos, no quiero ni imaginarme qué puede pasarle a ella aquí cada fin de semana.Entiéndelo, YeonJun. No lo hago por dañarte a ti, ni a TaeHyun, ni a BeomGyu. Todo lo contrario, pensé lo suficiente en vosotros para pasarme todo un mes ahorrando miles por carrera para repartirlo entre los tres y todo para que todos podamos estar a salvo.—Le señalé el pecho con un dedo.— Sois importantes para ella, y ella lo es para mí. Tú mismo has dicho que me diste protección y me ayudaste aquí. y es por eso que voy a devolverlo, sólo pido que confíes en mí.
YeonJun titubeó un poco acabando por corresponder, uniendo ambas palmas en un saludo de agradecimiento y un estrecho abrazo. Su honestidad había ganado el corazón de YeonJun, y hasta cierto punto él entendía que quisiera protegerla.
—La quieres mucho, ¿No es así? —Muchísimo.
YeonJun sonrió dando un pequeño golpe en mi visera mientras negaba suspirando. Sabía que la había dejado en buenas manos.
