Gracias a lo involucrada que estaba la chica en aquel oscuro mundo de las carreras ilegales, su mejor amigo, Huening Kai, estaba preocupado por ella a niveles estratosféricos. ¿Cómo iba a cuidarla de todo lo que había allí? Finalmente encontró una m...
Al llegar a la universidad me dirigí a la taquilla, principalmente para dejar las cosas que no necesitaría ese día y tomar las que sí. Una nota con leones cayó de la rejilla.
"Creo que este dinero no me pertenece, es mejor que se lo des a tu amigo el rosita. Merece una gran disculpa por mi parte y me gustaría que se lo hicieras saber a través de esta nota. Cuídate estos días, gracias."
Leí todo de manera confusa reconociendo rápidamente quién era, cómo olvidar a aquel motorista blanco. Llevé dos dedos a mis sienes, buscando la manera de tomar el dinero sin que fuese muy llamativo pero viendo la hora que era preferí ponerme en marcha hacia la clase y pensar más adelante qué podría hacer para llevármelo.
Al llegar, Huening Kai ya estaba sentado en su sitio, disperso rendido sobre la mesa. Sin dudarlo me acerqué a él y llamé su atención para que levantara la cabeza, cosa que él hizo, mostrándome aquel golpe que estaba de un violáceo bastante incómodo de ver.
—¿Quién, Kai? —¿Qué quieres decir? —¡¿Quién ha hecho eso?!—di un golpe en la mesa, logrando no sobresaltar a nadie puesto que no había nadie más.
Huening Kai saltó de su sitio mientras negaba y llevaba una mano a su mejilla. Yo le miraba completamente incrédula sin saber que verdaderamente tenía la veracidad de mentirme frente a frente, como si tal moratón no existiera.
—¡¿Cómo vas a negarme eso?! ¡Se ve a kilómetros! ¡Hiyyih está preocupada! ¿Es que acaso no piensas en nadie más?
El ceño de Huening Kai se frunció verdaderamente molesto mientras buscaba la manera correcta de confrontarme y asintió varias veces, viéndolo así, él pensaba en los demás más que en sí mismo.
—¡Claro que lo hago! ¡Pienso en los demás a diario! —¡¿Por qué esa herida entonces?! ¿Se te olvida cómo cuidarte a ti mismo?
Se quedó en silencio. No sabía cómo responder aquello, él tenía respuestas, y yo preguntas, pero él no iba a responder. Él no iba a darme el gusto de entregarme aquellas respuestas sabiendo que si yo me enteraba de lo que hacía, iba a enfadarme con él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las clases terminaron y había sido sin dudarlo un día bastante largo teniendo en cuenta que Huening Kai no me había dirigido la palabra en todo el día. Siquiera se acercaba a SooBin, trataba de evitar el contacto con ambos haciéndome sentir mal por el simple hecho de preocuparme por él. Quizá no lo dije de la mejor manera pero, ¿Cómo reaccionaría sino ante aquello?
DongMyeong se dio cuenta rápidamente del cambio que había supuesto aquello en mi ánimo y trató de hacerme sentir mejor pero la culpabilidad que estaba recayendo sobre mis hombros me estaba haciendo daño. DongMyeong pensaba que nuestra relación era algo tóxica, él simplemente se alejaba y yo me culpaba, pero yo tampoco hacía nada para hacerle sentir cómodo a mi lado y en eso tenía razón. Quizá me centré tanto en lo mal que me hacía sentir que se alejara que me olvidé de la razón por la que se alejaba, y si se alejaba de mí... ¿por qué otra razón sería? Me propuse hablar con Bahiyyih esa misma tarde, tenía que solucionar aquello lo más rápido posible antes de que fuera más tarde.
Sin dudarlo, al llegar de la universidad recogí mi habitación y decidí preparar algo para merendar. Había preparado todo sin ser consciente de una cosa: antes de poder traer a Hiyyih tendría que llamar a su puerta para preguntar por ella y si estaba libre, con muchísimas probabilidades de que abriera Huening Kai. En ese mismo momento me quedé estática.
Tomé aire y me decidí a hacerlo, no perdía nada si me abría él, al fin y al cabo éramos vecinos como quien dice. Me miré por un momento frente al espejo, arreglando mi cabello y tratando de decirme que sería capaz de hacerlo, pero en el reflejo solo podía ver mi rostro lleno de angustia ante tal presión. Finalmente abrí la puerta y me dirigí hasta la de Huening Kai a unos pasos de la mía, quedando congelada antes de llegar a tocar el timbre.
Mi dedo hesitaba qué hacer, llamar y avisar a Hiyyih o esperar de manera misteriosa a averiguar si Hiyyih verdaderamente iría esa tarde a hablar conmigo o no. Antes de tocar el timbre la chica salió de la casa, sorpréndiendose al verme.
—¿Qué haces aquí? ¿Venías a ver a Hyuka? —Am... No, no, venía a preguntarte si finalmente vendrías hoy a casa. —Estaba justo de camino, me has pillado saliendo de casa.
Ambas soltamos una risa nerviosa y nos dirigimos a casa. Jugaba con mi oreja, pensando cómo preguntarle sobre Kai y cómo hacer las paces con él cuando finalmente ella fue la primera en hablar.
—Bien, es momento de que me cuentes sobre lo que está pasando entre Huening Kai y tú.
