2. La casa del oscuro

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"Sus corazones laten en sincronía, como si fueran las sombras del viento, buscando el éxtasis bajo la luna llena, en un abrazo prohibido y violento"

"Sus corazones laten en sincronía, como si fueran las sombras del viento, buscando el éxtasis bajo la luna llena, en un abrazo prohibido y violento"

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📅 A LA MAÑANA SIGUIENTE

No sé que coño pasó anoche pero, desde luego no fue nada bueno a juzgar en donde estoy. Trago saliva sintiendo como se me eriza los vellos de mi piel, incapaz de recordar como he llegado aquí. Un amplio y moderno dormitorio, todo decorado en tonos blancos, al parecer me acogió anoche pues solo hace unos minutos que desperté en una mullida cama que desde luego, no es la mía.

 Un amplio y moderno dormitorio, todo decorado en tonos blancos, al parecer me acogió anoche pues solo hace unos minutos que desperté en una mullida cama que desde luego, no es la mía

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Aparto las sábanas para bajarme de la cama y compruebo que estoy en ropa interior. Vuelve a recorrerme un estremecimiento maldiciendo y rezando por no estar en casa del asqueroso rubio de anoche y, también pidiendo porque no haya entrado nada en mi vagina.

El suelo está frio cuando pongo los pies en el. Hay unas zapatillas justo al lado, así que me las calzo y me levanto. A los pies de la cama hay algo de ropa. La examino y es un pantalón, ropa interior y una sudadera. Me pongo todo con rapidez dispuesta a salir de aquí y saber que coño está pasando.

Atravieso la habitación y giro el pomo de la puerta. Al principio no se abre y temo que me hayan dejado encerrada. Pero solo hay que hacer algo de fuerza y por fin lo consigo. Abro saliendo a un enorme pasillo con paredes de color amarillo y con una decoración exquisita. Hay unas cuantas habitaciones más pero no es cuestión de explorar. Tengo que averiguar donde estoy. 

Camino por el pasillo hasta llegar al final. Al salir hay una especie de vestíbulo de donde nacen unas escaleras de caracol. Me asomo por ellas y veo que estoy sólo a un piso de distancia. Las voy bajando poco a poco con el corazón latiéndome muy deprisa.

Escucho voces procedentes de la planta baja a medida que mis pasos me acercan al final de los escalones. Cada vez me cuesta más respirar y estoy muy nerviosa. Imágenes de lo que pasó anoche acuden a mi cabeza, pero son tan liosas que me tienen más confusa. Casi bajo el último escalón, cuando siento pasos acercarse, acelerándose los latidos de mi corazón.

A los pocos segundos tres hombres aparecen haciendo que esta vez tiemble de miedo. Los miro sin ser capaz de dar un paso más, impresionada por su presencia, y temiendo que me hagan algo, si es que no me lo han hecho ya. 

Rizkaya -  Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora