22. Bhéara

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"Y la noche me mostrará el camino, el que me lleva tan irremediablemente a ti, que mi corazón es el que dicta mis oscuros paso. Seré tuyo. Serás mía. Dos almas. Dos corazones, pero un mismo latido"

 Dos corazones, pero un mismo latido"

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📆 MÁS TARDE

Pongo una jarra de zumo delante de las dos chicas sentadas en el fondo del avión. Le sirvo un vaso a cada una de ellas, agradeciéndome Angelina el gesto, no así Cinthia, quien no deja en ningún momento de lado esa actitud altanera y arrogante que tanto cabrea a Lando.

-No sé como puedes dejar que te muerda, es repugnante -las duras palabras de Cinthia y su mirada asqueada me hacen armarme de paciencia y no contestarle como de verdad quiero hacer. 

-Es mi pareja, lo que pase entre nosotros no es asunto tuyo -le respondo dándole el vaso, de plástico, por supuesto, pues no me fio de que lo use como objeto cortante contra uno de nosotros.

-Pero dejar que te muerda, que beba de tu sangre, es aberrante -vuelve a insistir ella empezando a colmar mi paciencia. 

-Más aberrante es tener a una chica encadenada en el sótano como si fuera comida. Por lo menos yo le doy la sangre a mi pareja libremente, no la toma sin mi consentimiento. Lo que tú eres y lo que es tu familia, si que es monstruoso. No sé como Lando tiene piedad contigo.

Mis palabras la hacen apretar su mandíbula, intentando ocultar el efecto que han causado mis palabras en ella. Voy a darme la vuelta para irme, cuando Angelina coge mi brazo apretando este muy suavemente.

-¿Puedes decirle a Charles que venga? -me pide ella con ese tono de voz tan dulzón que no evita que le sonría.

-Ven tú mejor, si quieres.

Ella asiente a mis palabras y se pone en pie dejando a Cinthia sola. Puedo escuchar a la cazadora chasquear su lengua y resoplar fastidiada un par de veces.

-Ella sabía que yo estaba abajo -Angelina se agarra a mi brazo, hablándome en susurros para que la rubia no nos escuche- un par de veces me trajo de comer. Que no te engañe con sus palabras. 

Me limito a asentir caminando con ella hacia la parte delantera del avión donde están los tres hombres. Angelina avanza hacia Charles quien se incorpora en su sillón dejando que ella se siente sobre sus rodillas. Sus brazos la rodean como si quisiera protegerla de todos los que estamos en el avión. Y por dios que sé que lo haría. 

-¿Todo bien allí detrás? -me siento al lado de Carlos recibiendo un beso suyo en la mejilla. Acabo poniendo mi cabeza en sus hombros entrecerrando los ojos un poco a causa del cansancio acumulado.

-Beber tu sangre me dan ganas de arrancarle las uñas con unos alicates -mi respuesta provoca en Angelina una pequeña sonrisa algo que me alivia, pues, por lo que me ha contado Charles, la chica está tan rota que se ha aferrado a él como si fuera la única persona que hay en su vida. 

Rizkaya -  Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora