10. Con uno de nosotros

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"Nos amamos en las sombras, sin tiempo ni espacio, un romance prohibido, que deja su trazo. Las estrellas nos envidian, su brillo opaca, pues nuestro amor vampírico, no entiende de resaca"

 Las estrellas nos envidian, su brillo opaca, pues nuestro amor vampírico, no entiende de resaca"

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Carlos salió de la cocina muy furioso. Estaba tan enfadado que cualquier cosa que se interpusiera en su camino, sería destrozada en miles de pedazos. El simple hecho de que Max reclamara a Grace, le hervía la sangre. Él no la tocaría jamás. Así tuviera que presentarse en el Reino Unido y aniquilarlos a todos.

Sus pasos presurosos no le llevaban a ninguna parte en concreto. Sólo quería romper algo y a poder ser, la cabeza de Max Verstappen.

- ¡Carlos! ¡Carlos! ¡espera!

La dulce voz de Grace le llegó directamente como una descarga eléctrica. La pelirroja le afectaba de tal manera que solo de pensar que ella fuera de otro, despertaba sus instintos más salvajes.

- ¡Vete, Grace! –le pidió sin mirarla siquiera, porque si lo hacía, mucho se temía que no podía controlarse con ella y acabaría tomándola, que era lo que más deseaba.

- ¡Ni lo sueñes! ¿Qué es esa mierda de que Max me reclama? –Grace consiguió alcanzarlo. Puso una de sus manos en su brazo intentando que se parara- ¡contéstame, joder!

Carlos se revolvió en sus brazos dándose la vuelta para encararla.

- Ahora no. Antes iré a matar a Max. Después hablaremos.

Grace tuvo que mirar con incredulidad como él entraba en una habitación cortando la conversación con ella. La pelirroja lo siguió dentro cerrando la puerta tras de si.

- ¿Tú lo solucionas todo matando a la gente? –le preguntó ella poniendo sus brazos en jarra.

- Eso no es gente. Es un puto vampiro que se cree que puede hacer lo que le da la gana porque lo protege su familia –le contestó él mientras caminaba hacia el escritorio que presidía la habitación.

- ¿Qué coño es eso de que me reclama como su pareja? ¡Te estoy hablando, joder!

Grace lo agarró del hombro para que él se girara y pudiera mirarla. La pelirroja tenía más fuerza de lo que él pensaba. En cuanto las miradas de ambos impactaron una contra la otra, lo que ambos sintieron fue como si un choque de trenes sucediera en ese mismo instante.

La agitada respiración de Grace.

Las miradas de deseo de ambos y que ella mojara sus labios, uno contra el otro, fue el detonante para que ambos no aguantaran más.

Ella fue la primera en acortar la distancia que los separaba. Estrelló sus labios contra los de él, siendo recibida de la misma manera. Un beso salvaje en el que ambos pusieron todas sus ganas. Carlos la agarró del cuello hundiendo sus dedos en su cabello. Tiró de el para que Grace bajara más su cabeza y poder profundizar el beso. Sintió como se agarraba a su camiseta para tenerlo aún más cerca de él. Su lengua se abrió paso a través de sus dientes, hasta colarse en la cavidad de la boca. Cuando encontró la de la pelirroja, la rozó una y otra vez a un ritmo enloquecido.

Rizkaya -  Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora