Carlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza.
Su solo nombre producía miedo y terror entre s...
"Brutal, sincero y amargo, así es mi amor por ti. Oscuro, vibrante y pleno. Sin ti no sería nada, solo miedo profundo y maniatado, como los besos que recibo de ti. Sé mi igual, tan llena y perdida que nunca te acostumbrarás a ser mi vida"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
📆 AL DÍA SIGUIENTE
Recuerdo que antes de convertirme en vampiro, no pensaba en ser padre. No tenía pareja ni había ningún matrimonio concertado para mi. Era un alma libre que vagaba por el mundo viviendo de forma alocada. Para mi, el formar una familia, era algo lejano.
Cuando me convertí, el deseo de no estar solo durante toda la eternidad, se arraigó durante una época en mi de forma desesperada. No niego que convertí a mujeres, hombres y algún niño para mitigar esa soledad, dándome cuanta, de que a veces, estaba mejor sin nadie. O con Charles.
Pero, una cosa es lo que tú quieres y otra lo que tienes.
Hasta que apareció Alliera. Mi pequeña. Y ella es la culpable de que ahora, de verdad tema por Grace pero a la vez anhele ser padre. Aunque todo esto es una quimera y una grandísima locura.
-¿Confías en él? -tuerzo la cabeza para centrarme en mi mujer, mientras ambos esperamos que el ascensor nos deje en la planta seleccionada.
-Nos ha atendido a Charles y a mi en más de una ocasión. Lo salvamos de un destino cruel en el siglo pasado. Créeme, él nos ayudará -le doy una sonrisa torcida intentando aliviar de alguna manera sus nervios, y también los míos.
No dudé ni un segundo en buscar la ayuda de Toto Wolff. El que viva en Mönaco nos facilita aún más las cosas y cuanto antes confirmemos si Grace está o no embarazada, antes podremos tomar decisiones. No he querido pensar en nada. Simplemente me estoy dejando llevar, siendo mi mujer mi prioridad.
-Estoy muy asustada -me susurra ella justo en el momento en el que las puertas se abren.
-Lo sé. Estoy a tu lado, Grace. Lo que sea lo afrontaremos juntos -le digo tomando una de sus manos entre las mías, caminando así de esta manera con ella a mi lado.
Salimos ambos a un vestíbulo abierto y vacío. Al momento, unos pasos me alertan de la llegada de Wolff, quien con su bata blanca nos recibe con una amable sonrisa.
-Carlos, joder, ¡como me alegro de verte!
Separo a Grace de mi lado para fundirme en un cálido abrazo con Toto, producto de la confianza que nos tenemos y de tantos años luchando juntos. Intercambiamos un par de palabras, centrando él su mirada en Grace a continuación.
-Esta es Grace, mi pareja -le presento a la pelirroja quien fuerza una sonrisa y solo alarga su mano para saludarlo.
-Ya era hora, joder. Desde que te conozco has estado solo, Saiduz.
Intercambiamos un par de palabras más mientras él nos dirige por un pasillo que hay a la izquierda. A esta hora no hay nadie en su clínica, algo que agradezco por lo delicado de nuestra visita. Nuestro recorrido termina frente a una puerta que hay al fondo, la cual Toto abre para que podamos pasar. Una vez dentro, observo que se trata de su consulta, la cual está equipada con los últimos avances médicos y tecnológicos.