"Así, los vampiros de amor caminan, ocultos en las sombras de la existencia, unidos en un lazo eterno e inmortal, en un amor condenado a la resistencia"
📆 DÍAS DESPUÉS
Esto de mirar el móvil cada dos por tres se está convirtiendo en una obsesión. Aunque bueno, debería empezar a olvidarme de Carlos después de que me rechazara en mi puta cara. Y mira que yo no soy tan decidida, pero el embriagante vino de la cena me hizo serlo y ofrecerme, porque eso es lo que hice. Y ahora me muero de la vergüenza.
La seguridad del Nastya termine de configurarla al día siguiente de nuestra cita. Esta vez no he tenido que desplazarme allí. He estado todo el rato en contacto con Charles, el cual, cuando no está Carlos delante para molestarlo, es bastante agradable y simpático.
- ¿Cómo vas? -desvío mi mirada hacia la puerta entreabierta, apareciendo Julia por ella, interesada en mi trabajo.
- Bien. Pensando en una idea que he tenido -le contesto recordando que tengo que ponerme con mi último encargo, uno que es bastante fácil pero, que malditas sean las ganas que tengo de hacer.
- No quisiera ser tú...en fin, el jefe te espera en la sala de juntas. Tenemos un nuevo cliente -me anuncia ella, haciéndome un gesto para que la siga.
- ¿Te ha dicho quien es?
- No, que vayas y ya está -me responde de forma escueta, no dejándome muy satisfecha su respuesta.
- Está bien.
Cojo mi chaqueta de la silla y salgo de mi despacho móvil en mano. Le he mandado varios mensajes a Nat y no hay manera de contactar con ella. Ni me coge el teléfono ni me responde. Cuando salga de trabajar me voy a presentar en su casa. La he llamado a su trabajo y me han dicho que lleva varios días si ir y esto realmente me está empezando a preocupar.
Subo los escalones de la siguiente planta con pasos cansados. Tengo ganas de irme a casa y meterme un litro de lado. Cuando la escalera termina, camino un poco hasta doblar una esquina. Al hacerlo, detengo mis pasos, quedándome petrificada. A través de las puertas de cristal de la sala de junta, veo a Max, el rubio cabrón que me drogó, hablando con mi jefe.
Un sudor frío se apodera de mi cuerpo y siento mis rodillas chocar la una contra la otra a causa del temblequeo de estas. Como si él me intuyera, el rubio desvía su mirada hacia donde estoy, pero consigo esconderme detrás de una esquina antes de que me vea. Estoy asustada, y mucho. Cojo mi móvil con mis temblorosos dedos y marco el número de Carlos. Da unos cuantos tonos pero me lleva directamente al buzón de voz. Maldigo en silencio y lo intento de nuevo con el mismo éxito que hace unos segundos.
Decido llamar al móvil de Charles rezando para que él si conteste mi llamada.
- Ya sabía yo que me echabas de menos, linda -me dice él nada más descolgar.
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Rizkaya - Carlos Sainz
RomanceCarlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza. Su solo nombre producía miedo y terror entre s...