Carlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza.
Su solo nombre producía miedo y terror entre s...
"Intenté ser fuerte por ti, ser eso que buscabas, pero cuando el alma está rota y el corazón se desvanece, tus anhelos no podrán ser correspondidos"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
📆 HORAS ANTES
Las manos de Lando estaban sobre los pechos de Angelina apretando estos mientras su cuerpo la aprisionaba contra la encimera. La chica se relamió los labios dejando que su pareja la tocara a su antojo.
-No me estás dejando cocinar -le advirtió ella cuando sintió una de las manos de Lando colarse dentro de sus pantalones.
-Para eso tenemos a alguien que se encarga de las comidas, no sé porqué te empeñas en hacerlo tú -los dedos de Lando encontraron pronto su mojado clítoris, uno muy necesitado de su pareja de pelo rizado.
-Porque me gusta alimentaros -un gemido salió de su boca cuando Lando recorrió sus pliegues con sus dedos, mojando estos cada vez que los frotaba en su hendidura- ¿y Charles?
-Está arriba configurando lo que sea, ¿quieres que lo esperemos, lobita? -buscó Lando el cuello de Angelina, dejando marcados besos a los que acompañó con el roce de sus colmillos- aunque os escuché follando en el baño ésta mañana. Tus gemidos es algo que no puedes acallar.
-Cuando se trata de vosotros, no puedo contenerme.
Angelina ladeó su cabeza buscando la boca de Lando. Pronto la suya se vio aprisionada por su joven pareja, danzando sus lenguas en sincronía, a la vez que sus dedos seguían encargándose de su dolorido sexo, reclamante ya, de una intensa liberación.
-Lo siento, lobita.
Se separó Lando de Angelina, sacando su mano de dentro de sus pantalones, aunque permaneciendo junto a su mujer. Pronto, uno de sus mayordomos, entró en la cocina pidiendo disculpas por su interrupción.
-Disculpe, joven Norris, pero hay alguien detrás del muro que solicita que les atienda -le explicó el mayordomo una vez entrado en la estancia.
-¿Y de quién se trata? -le preguntó Lando con recelo pues nadie le había avisado de la llegada de algún visitante.
-Del señor Pierre Gasly.
Lando frunció el ceño algo desconfiado, pues Pierre no les había avisado de que estaba en Madrid, pero, a un aliado nunca se le cierra la puerta, y menos a alguien que tanto les había ayudado cuando Grace y Angelina desaparecieron.
-Déjalo pasar -le dijo Lando a la vez que tomaba la mano de Angelina. Recibirían ambos a Pierre cuando entrara en la mansión.
El mayordomo salió de la estancia asintiendo con su cabeza, dirigiéndose hacia la puerta. Tomó Angelina el brazo de Lando algo nerviosa por la visita, pues aún no estaba del todo integrada en el mundo vampírico y se sentía incómoda con ciertas personas.
-¿Qué crees que querrá? -le preguntó ella mientras ambos se dirigían hacia el vestíbulo.
-No tengo ni idea, solo espero que no se quede mucho tiempo. Me ha jodido un polvo de la hostia -Lando le guiñó un ojo a su mujer para que dejara de estar tan nerviosa, encontrándose con el rubor más acrecentado de sus mejillas.