Carlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza.
Su solo nombre producía miedo y terror entre s...
" Y la fría noche vendrá, pero no podrá llevarte. Atada estás a mi, en cuerpo, alma y sangre. Mi oscuro corazón te pertenece, así como todo lo que soy. No quiero que seas mi luz, quiero que beses mi oscuridad"
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-¿Y Charles lo sabe? -le preguntaba Lando a Angelina, quien había conseguido sacarlos a él y a Grace del sótano.
-No, no lo sabe. Los Delta podemos camuflarnos muy bien hasta...
- ... parecer humanos -terminó Lando la frase de Angelina por ella. La muchacha aún seguía mostrándose reservada y cautelosa, tal y como acostumbraba a ser.
-Pierre me ha ofrecido quedarme en su manada -le confesó ella, sintiendo Lando como el estómago le daba un vuelco y como casi su garganta se quedaba seca tras las palabras de la chica.
-Lógico. Estás sin manada y con ellos, ya tendrás una.
-Soy una loba solitaria. No necesito manada. Pero... -se mordió los labios la chica, bajando su mirada al suelo. Lando acortó un poco más la distancia que los separaba, tomando su barbilla entre sus dedos, levantándola para que ambas miradas conectaran de nuevo.
-No tienes porque quedarte si no quieres, estoy seguro de que Charles querrá que estés a su lado. Ya eres miembro de nuestra familia. Una de los nuestros.
-¿Y tú también quieres que me quede? -su pregunta le hizo pensar la respuesta. Lando casi nunca se abría a nadie, pues desde lo de Fiorella había decidido no entregarle su corazón a ninguna mujer. Hasta ahora.
-Nada me gustaría más que tenerte cerca de mi.
Sonrío Angelina, para, segundos después, arrojarse a los brazos del de pelo rizado. Sentir como él la envolvía entre los suyos, era una sensación cálida y calmada que solo experimentaba cuando era Charles quien la abrazaba. No podía quedarse con la manada de Pierre, cuando su corazón estaba en el lugar donde quería estar.
-¡Ya vienen! -la voz de Grace les hizo separarse, compartiendo ambos una sonrisa cómplice.
Vieron como la pelirroja intentaba mantener la compostura con la llegada del coche. Apretó sus labios con nerviosismo, pero, cuando vio a Carlos abrir la puerta y bajarse, salió corriendo para arrojarse a sus brazos, siendo recibida por él con el mayor de los alivios.
-¡Oh, Carlos! estaba tan preocupada. Creí que os había pasado algo -recibió Grace miles de besos por todo su rostro, siendo tomada su boca a continuación. Besarla era un bálsamo para Carlos, un buen recordatorio de que ella seguía viva.
No le pasó desapercibido a Charles la forma en la que Angelina se aferraba a Lando. Quiso excusarla pensando que ambos habían pasado por innumerables dificultades y que su amigo se había encargado de protegerla. Pero él sabía que era algo más, y por increíble que pareciera, no se mostró molesto.
-¡Charles! .-abrió sus brazos para recibir a Angelina quien no pudo evitar sollozar al verse rodeada por él.
-Ya estoy aquí, pequeña. No pasó nada -intentó él calmarla sintiendo su frágil cuerpo temblar de forma considerable.
