"Pues soy el lamento de la noche, y el tormento de la desdicha, y te tomaré tan anhelante como los suspiros que salen de tu garganta"
🕰 MÁS TARDE
El cuerpo desnudo de Grace descansa sobre el colchón. Abre uno de sus ojos y sonríe al mirarme, dejándome más tranquilo al verla así.
-Estoy bien -me promete ella, quizás llevada por lo que muestra mi rostro- deja de estar tan preocupado por mi.
-En la vida. Eres mi pareja...
-Tu mujer -resalta ella arqueando una de sus cejas.
Atrapo sus labios con los míos en un lento y contundente beso. Mis ganas por ella no disminuyen, al contrario, su sangre ha aumentado todos mis sentidos, siendo más consciente de todo lo que hay a mi alrededor.
-¿Qué hace tan especial ésta habitación para que tenga más ganas de follar, marido? -su burlona voz me hacen darle la vuelta y dejarla frente a mi. Sus jugosos labios me llaman de nuevo a tomarla, queriendo contenerme y no ser ese animal que una vez dominó mi vida.
-Es mi mordida, no estas cuatro paredes, aunque ya te dije una vez que ésta parte del Nastya es bastante...sugerente.
-No, no lo es, sugerente eres tú, y tan jodidamente provocativo que de nuevo tengo ganas de que me tomes.
Ladeo mi cabeza mojando mis labios uno contra el otro. Grace mueve su cuerpo buscando precisamente lo que hago, tenerla bajo de mi.
La cama. La ducha. El suelo, son de nuevo testigos de intensos y furiosos encuentros que la dejan exhausta unas horas después. Grace descansa esta vez en la cama, medio bostezando agotada.
-¿Puedo hacerte una pregunta, Carlos? -veo indecisión y cautela en su rostro tras sus palabras. Agarro una de sus manos dejándola en mi estómago y dándole así la confianza que necesita.
-Claro que puedes.
-¿Cuántos años tienes? y no me digas que 27 porque sé que tienes más -tuerzo mi boca a la vez que muerdo mis labios pensando qué decirle.
-Muchos.
-¿Cuántos son muchos? -vuelve a insistir, siendo esto algo innato en ella, el querer saber más.
-Digamos que cuando yo nací aún había cruzados en Europa...
Grace se levanta de la cama, quedándose sentada con la perplejidad reflejada en su rostro. Esbozo una pequeña sonrisa, sintiéndome algo azorado por mi respuesta.
-Esos son muchos años, Carlos.
-Lo sé, pero, creo que los llevo muy bien, aparento menos, ¿verdad? -le doy una sonrisa burlona que consigue hacerla reír. Si va a seguir preguntando, por lo menos que esto sea lo más natural posible.
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Rizkaya - Carlos Sainz
RomanceCarlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza. Su solo nombre producía miedo y terror entre s...