"Somos eternos amantes, dos seres malditos, que se encuentran en las noches, en un abismo infinito. El amor nos transforma, nos libera del dolor, y aunque la sociedad nos condene, vivimos con fervor"
📅 MÁS TARDE
Grace apenas probó nada de comer después de nuestra conversación. Se excusó y desapareció en su habitación sin apenas intercambiar palabra alguna.
Miro a través de la ventana como empieza a amanecer. Una vez pensé que jamás lo volvería a ver de nuevo y que estaría condenado a una vida de oscuridad y tinieblas. Que equivocado estaba con algunas cosas. Aunque sigo sumido en las sombras, a veces hay un rayo de luz y ahora mismo, ese rayo es ella. Intuyo su presencia antes siquiera de que entre en la habitación. Su olor. Los latidos de su corazón, toda ella es inconfundible para mi.
Abre la puerta de la habitación, aquí donde hace solo unas horas la hice venir en mi boca, caminando despacio hasta acercarse hacia donde estoy y que note su presencia. Apenas me mira, pero, puedo notar su nerviosismo y su temor. Una vez yo también estuve así. Por eso entiendo como se siente.
- No podía dormir -me confiesa con la voz algo entrecortada, dejando que varios suspiros incontenibles salgan de su boca.
- Lo fácil sería si lo hicieras -le contesto ladeando un poco mi cabeza para poder mirarla. Me pierdo en sus ojos, en como aletea sus pestañas con inquietud. En su rostro surcado de pecas y en esos carnosos labios que no deja de morderse para contener quizás, el nerviosismo que se ha apoderado de ella.
- Todo esto es una locura, Carlos. Tengo miedo. Mucho miedo.
Su corazón agitado y ese temor que siente, me hacen rodear su cintura con mis brazos y atraerla hacia mi cuerpo. Dejo que repose su cabeza en mi pecho, mientras mis manos acarician despacio su espalda. Aspiro la fragancia que emana de ella. Su sabor y su olor están metidos en cada poro de mi piel. No quiero que le tema a nada. Yo le daré esa seguridad que necesita. Yo seré su calma.
- No dejaré que se acerque a ti -le prometo abrazándola aún más fuerte- te llevaré lejos donde nunca pueda buscarte si hace falta.
- Pero Charles dijo...
- No vamos a obligarte a vincularte a nadie, porque si lo hiciéramos, seríamos igual que Max -le aseguro elevando un poco mi tono de voz, y callando así sus ahogadas palabras.
- ¿Y si yo si quisiera vincularme a uno de vosotros? -la separo de mi cuerpo con los dedos algo temblorosos. Al hacerlo, veo que aprieta los labios y una pícara sonrisa sale de su cara. Sus mejillas empiezan a tornarse de color rosado, dándole un aspecto de lo más adorable.
- ¿Quieres vincularte con Lando? -le pregunto, pues de los tres, el de pelo rizado es el más cabal de nosotros y estoy seguro que con él, tendría toda esa calma y raciocinio que ella necesita.
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Rizkaya - Carlos Sainz
RomanceCarlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza. Su solo nombre producía miedo y terror entre s...