Carlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza.
Su solo nombre producía miedo y terror entre s...
"Oscuridad y temeridad es la que gobiernan mi vida. Mis ansías de locura fueron satisfechas. Mis desmadejados besos fueron concluidos. El deseo está latente en mi. El miedo rechazado y olvidado"
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📆 DÍAS DESPUÉS
Bostezo ligeramente tomando mi taza de café para servirme una buena ración de líquido negro, pero entonces recuerdo que estoy embarazada y no puedo tomarlo, así que, simplemente me hago un cacao.
-Buenos días, amor -siento los brazos de Carlos rodear mi cintura y como me atrae hacia su cuerpo para dejar un beso en mi mejilla. Sus manos se deslizan hasta tomar mi vientre, acariciándolo muy despacio por encima de la ropa- buenos días, mis pequeños.
Solo esas palabras hacen que todo mi cuerpo se estremezca y que una sensación de ternura infinita lo invada, por culpa de él, de como se comporta conmigo y de sus palabras.
-¿Descansaste bien? ni siquiera me di cuenta cuando te acostaste -le pregunto preocupada porque su rostro se muestra muy cansado.
-No lo hice. Dormí en el sofá un par de horas -le doy un par de codazos a Carlos, dándome la vuelta para encararlo.
-Y yo esperándote en la cama. Eso no está bien, marido -agito mi cabeza de un lado a otro, siendo atrapada de nuevo por él. Sus manos rodean mi cintura, buscando mis labios para besarme.
-Es la primera vez en días que te veo sonreír más tranquila.
-Porque lo estoy. He decidido que me iré preocupando de las cosas, según éstas vayan surgiendo -le admito encogiendo mis hombros. Carlos roza su nariz con mi cuello despertando todas mis terminaciones nerviosas.
-Esa es la actitud, mi pequeña.
Pronto sus labios devoran mi boca de forma avasalladora. Sus besos siempre son así, rudos y arrebatadores. Su lengua penetra en mi boca, tomando la mía una y otra vez, con pequeños y certeros roces que erizan cada bello de mi piel. Atrapada estoy en sus besos, en como toma mi cintura, hundiendo sus dedos en mis nalgas una vez que ha deslizado sus manos por ellas. Siento cada parte de mi cuerpo receptiva y deseosa de él, marcando cada beso en mi boca, con una rotundidad que me abruma.
-Míralos, nos invitan para que los veamos follar. Me vuelvo a la cama -la irritante voz de Charles me hace apartarme de Carlos, refugiando mi cabeza en su cuello. Solo levanto un poco mi cabeza para ver la mirada burlona del castaño.
-Uno llama a la puerta cuando va a visitar a los vecinos -le respondo sacándole la lengua- ¿queréis café?
Les sonrío a Charles y Lando haciéndoles un gesto para que se sienten. Tomo aire antes de servirles el café, dejándolo frente a ellos al terminar. Tomo asiento al lado de Carlos quien sujeta mi mano entre las suyas, queriendo darme calma con este gesto.
-Estáis los dos un poco serios -nos dice Lando siendo él un poco más consciente de como estamos Carlos y yo.
-Tenemos algo que contaros -le dice Carlos compartiendo conmigo una cómplice mirada.