Carlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza.
Su solo nombre producía miedo y terror entre s...
"Y te daré mi vida entera, porque de nuevo pudieras mirarme y hacerme sentir. Solo quiero que mi corazón, ese tan oscuro y vacío, vuelva a latir una vez más al ritmo que tú marques"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los latidos de mi corazón golpetean de forma furiosa contra mi pecho. La voz casi no sale de mi garganta cuando el coche se detiene frente a un sombrío paraje. Carlos se quita el cinturón de seguridad, ofreciéndome una diabólica mirada, una que me hace estremecer y temerme lo peor, porque nunca lo he visto mirarme de esta manera y si, me asusta.
-Baja del coche, Grace -me pide en un tono autoritario cargado de demasiada rabia por mi.
-¿Porqué?
-¡Baja del puto coche, Grace o yo mismo te saco de él! -su tono de voz reverbera en mi pecho agitando todo mi cuerpo. Decido no cuestionarle más, y hacer lo que me pide.
Me deshago del cinturón de seguridad, agarrando mi abrigo para salir del vehículo. George desvía su mirada más allá del cristal que hay frente a él, desentendiéndose de lo que ocurre entre nosotros. Carlos camina unos cuantos pasos alejándose del coche, siguiéndolo yo con el frío instalado en mi cuerpo.
-Te hice una pregunta, Grace, ¿desde cuando te estás follando a Max? -vuelve a repetirme, con la voz cada vez más dominada por la ira.
-De nunca -le contesto siendo yo la que mantiene la calma, o por lo menos, la que lo intenta.
-¡No me mientas, Grace!
-¡Y no lo hago! Que salga en una foto con Max, no quiere decir que me esté acostando con él. Puedo explicarte lo que pasó.
-Me has mentido -me reclama él una y otra vez, apretando sus puños a cada lado de su cadera- te has estado viendo con Max a mis espaldas. ¡A saber cuantas cosas le habrás contado de nosotros a ese hijo de puta!
-¿Pero tú te estás escuchando? me estás acusando de algo sin preguntarme siquiera lo que significa. Y estás muy equivocado con respecto a mi. Max casi me...
-No hace falta. Ya veo tu traición en esta foto -él escupe sus palabras como si fueran veneno o como si fuera él el que lo estuviera. Dejándose llevar por una estúpida imagen de la noche de la boda de Marinna.
-¡Traición! ¿tú eres idiota? ¡no te he traicionado!
Carlos emite un largo gruñido y en un abrir y cerrar de ojos, siento una de sus manos aprisionar las mías, apretando con desmedida fuerza. Los latidos de mi corazón se han incrementado y un sudor frío me recorre la espalda a causa de su oscura mirada sobre mi.
-¡Mentira! como todo lo que sale de tu puta boca -apenas me deja hablar pues toma mi cuerpo arrastrándome por el asfalto de la carretera sin ningún cuidado.
-¡Carlos! ¡Suéltame! ¡Me haces daño!
-Más daño me has hecho tú a mi. Te abrimos las puertas de nuestra familia, ¿y así es como nos tratas? -Carlos me zarandea, alejándome más del coche. Está tan cegado por la ira que apenas quiere escucharme ni parece controlar su fuerza- debí haber dejado que ese hijo de puta te mordiera. Ahora serías tú la que estarías bajo tierra y no tu amiga.