5. Nunca tuve una cita

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Un amor oscuro, pero verdadero, que no necesita la luz de los días, pues en la noche encuentran su refugio, donde sus almas arden en melodía.

Un amor oscuro, pero verdadero, que no necesita la luz de los días, pues en la noche encuentran su refugio, donde sus almas arden en melodía

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📅 AL DÍA SIGUIENTE

Carlos se había cambiado de ropa unas cuantas veces. Él no era nada inseguro. Sabía lo que quería e iba a por ello. Pero con Grace...con ella todo era diferente. Quería impresionarla de alguna manera, empezando por su vestimenta, lo demás, vendría solo. La pelirroja lo atraía, y mucho. Demasiadas veces había pasado por la puerta de su casa deseando subir y tomarla una y otra vez hasta que su cuerpo le perteneciera solo a él. Pero, sabía que si hacía eso la asustaría y es lo que menos quería provocar en ella. 

Se llevó las manos a la cabeza tocándose el pelo que tenía. Lo prefería así que a la larga melena de antaño. Durante el camino de regreso a la mansión, Charles no había parado de molestarle con la dichosa cita. Por todos medios quería que admitiera que se sentía atraído por la pelirroja, pero él zanjó el tema diciéndole que sólo era una mujer más y que sería una cena y punto. Que no le diera más vueltas a algo que no había.

Grace. La dulce y decidida Grace. No tenía ni idea de lo que iba a hacer con ella, pero lo quería todo. Un golpe en la puerta le sacó de sus pensamientos, nada buenos, sobre la pequeña pelirroja.

- Adelante -dijo mientras la puerta se abría y entraba Lando por ella.

- ¿Cómo vas? -le preguntó el de pelo rizado mientras entraba en la habitación y se dejaba caer en la cama.

-Decidiendo si camisa blanca o camisa negra -le dijo él enseñándole las dos prendas.

- La camisa negra te hace parecer más misterioso -le contestó Lando riéndose- camisa blanca.

Carlos cogió la camisa y se la puso abrochando sus botones. Se la dejó por fuera de los pantalones y se miró en el espejo. Tuvo que admitir que se veía bien con ella, y esperaba que Grace pensara lo mismo.

- ¿Estás nervioso? -le preguntó Lando, encontrándose con la mirada de Carlos y una respuesta que no tenía. 

- No lo sé, Lando. Nunca he tenido una cita. Nunca he llevado a nadie a cenar por gusto de estar con esa persona, así que no sé como sentirme -le admitió Carlos debatiéndose consigo mismo sobre lo que sentir en ese momento. 

- Te gusta, Grace -no fue una pregunta, fue una afirmación, la cual Lando esperaba que Carlos le confirmara. 

- No lo sé, Lando.

- A mi no puedes engañarme, Carlos. A Charles puedes decirle lo que quieras para convencerte a ti mismo, pero a mi no. Te gusta la pelirroja, eso está claro, si no fuera así, no te estarías tomando tantas molestias con ella -el de pelo rizado fue contundente con sus palabras, unas que solo a él le permitía Carlos decir con ésta libertad. 

- Solo es una mujer, Lando. Tampoco es nada del otro mundo -se excusó Carlos dirigiéndose de nuevo al armario. 

- Si claro, por eso "aún" no la has probado.

Rizkaya -  Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora