16. Su mujer

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"Aullidos en la noche, misterio y pasión, piel erizada, dientes afilados, amor prohibido. En el bosque oscuro, se encuentran, se devoran, eternos amantes, destinados."

📆DÍAS DESPUÉS

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📆DÍAS DESPUÉS

Cierro la puerta de la mansión con algo más de estruendo de lo que pensaba. Estoy furiosa. Enfadada y con ganas de golpear algo o alguien, depende de quien se cruce en mi camino. Me quito los odiosos tacones, arrojándolos al suelo con tanta fuerza, que pronto Charles y Lando aparecen en el vestíbulo mirándome como si estuviera loca. 

-¿Qué miráis? ¿es que nunca habéis visto una mujer enfadada? -les pregunto mientras me agacho a recoger los zapatos, intentando esquivarlos, pues ahora mismo no estoy para darle explicaciones a nadie.

-Ni la puerta ni el suelo tienen la culpa de que estés cabreada, ni mucho menos esos zapatos -Charles baja su mentón hasta señalar el calzado rojo que porto en mi mano.

Acabo gruñéndole caminando hacia las escaleras, pero claro, es Charles, y él no va a dejarme irme así como así.

-Mira, Lando, Grace ya gruñe igual que Carlos, aunque bueno, dos que duermen en el mismo colchón, se vuelven de la misma condición -las palabras burlonas de Charles me hacen darme la vuelta y fulminarlo con la mirada, algo que él parece ignorar, pues sigue con sus irónicas palabras sobre mi- ay, no, se me olvidaba que siguen peleados y ya no follan, por eso están los dos así de tensos.

-¡Mis problemas con mi pareja son míos, no tuyos, cotilla de mierda! -no puedo evitar gritarle, entendiendo cada vez más porque Charles saca tanto de quicio a Carlos, pues genera en mi los mismos sentimientos.

-¡Lando, joder! ¡ha dicho pareja! y Carlos se lo ha perdido. Mecachís -Charles sigue provocándome y en vez de contestarle me dejo caer en los peldaños de la escalera. Acabo sentada en uno de ellos incapaz de contener más como me siento.

Durante segundos, no escucho a ninguno de ellos hablar, hasta que siento una presencia a mi lado que coloca una mano sobre mi hombro, apretando éste de forma tranquilizadora. No me hace falta girarme para saber que se trata de Lando, pues solo él, aparte de Carlos, consigue este estado de calma en el que me estoy sumiendo.

-¿Qué ha pasado? -su tono de voz es tan suave y dulce que provoca en mi que le sonría y acabe contándole lo que me ocurre.

-Mi jefe me ha despedido. Tantos años en esa empresa dándolo todo y me ha largado -curvo mi boca en una irónica sonrisa, llevando mis manos a las rodillas, y abrazándolas.

-¿Porqué lo ha hecho? joder, Grace, eres lo mejor que tiene en su empresa. Algún motivo absurdo tendrá -Charles se acerca con cautela, dejando que lo haga, pues puedo ver en su rostro, como de preocupado está por mi.

-Dice que por mi culpa ha perdido un contrato de millones de euros con la empresa de Max. Y por eso me ha despedido.

Escucho tanto a Lando como a Charles emitir un bajo gruñido, uno que sé que es rabioso pues ya voy conociendo el alcance de sus respuestas según sus emociones. Incluso el de pelo rizado mueve su cabeza de un lado a otro, negando varias veces lo que le he contado.

Rizkaya -  Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora