"Así, como vampiros de amor, vagamos sin cesar, en busca de la pasión y la vida sin finalidad. El mundo no comprende nuestra mística existencia, pero nosotros sabemos, que el amor es nuestra esencia"
📅 POR LA NOCHE
Retuerzo mis manos nerviosa con miles de dudas asaltando mi cabeza. ¿Qué pasará después de la vinculación? ¿podré volver a casa? ¿tendré que vivir aquí? ¿y mi trabajo? Me siento en la cama consumida por la ansiedad. Aún no he hablado con Carlos de esto y todas estas preguntas me atormentan.
Cojo uno de los cepillos que hay en el mueble. Me peino de nuevo el pelo mirándome al espejo. Carlos me dijo que me pusiera algo con lo que estuviera cómoda y que dejara el cuello al aire. Así que, elegí un vestido blanco que vi en uno de los percheros. Está nuevo, con las etiquetas y todo, como la mayoría de ropa que han traído esta tarde.
Un par de golpes en la puerta me hacen dejar el peine en su sitio. Me llevo la mano al pecho respirando pausadamente pues los alocados latidos de mi corazón han aumentado su ritmo. Me levanto para abrir, pareciendo que voy a cámara lenta de lo que estoy tardando en hacerlo, todo, producto de los nervios. En cuanto abro, me encuentro tras ella a Carlos. Contengo un gemido, pero, no un suspiro. Va también de blanco. Pantalón de lino acompañado de una camisa del mismo color, cuyos primeros botones ya están abiertos, mostrándome algo de su torso. Alzo mis ojos para mirarlo y sonrío al ver que se ha engominado un poco el pelo, pero, lo tiene tan rebelde que apenas se le quedan los cabellos en su sitio.
- ¿Estas lista? -me pregunta Carlos dejando atrás todos los pensamientos que pudiera tener sobre él.
- Si. Lo estoy -le contesto muy segura de mi misma. Él me tiende una de sus manos para unirla con la mía, algo que hago sin dudar.
- Vamos entonces.
Carlos tira de mi con suavidad hasta salir ambos de la habitación. Caminamos por el pasillo cuya iluminación es algo tenue, pareciéndome hasta un poco romántico . Él me lleva hasta una habitación que hay al fondo del pasillo. Abre la puerta, dejándome pasar en primer lugar, y en cuanto lo hago, una fragancia a sándalo y mandarina llena mis fosas nasales, resultando ser bastante embriagadora. Camino hasta el centro de la habitación y compruebo que está iluminada por pequeñas velas dispersas en diferentes sitios. Tengo que reconocer que Carlos se está tomando muchas molestias para que todo esto me resulte agradable.
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Rizkaya - Carlos Sainz
RomanceCarlos Sainz o Karel Saiduz. No importa como se llama cuando una mirada suya puede destruirte. Con un corazón frío como el hielo. Sin sentimientos. Sin amor. Condenado. Encadenado a su sed de venganza. Su solo nombre producía miedo y terror entre s...